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WikiLeaks y la filtración de documentos de la CIA: ¿Quiere y puede la CIA infectar nuestros coches conectados para cometer asesinatos?

En los últimos días se producía lo que muchos ya han definido como la mayor filtración de documentos de la CIA de la historia. Detrás de ella, como de costumbre, WikiLeaks, el archivo fundado por Julian Assange, a día de hoy prófugo de la justicia, para revelar información censurada u ocultada al mundo. La última filtración tiene que ver con un tema especialmente preocupante, con las técnicas empleadas por la agencia de inteligencia estadounidense para sus tareas de vigilancia. Planes y herramientas que podrían permitir el acceso de la CIA a nuestros dispositivos móviles, grabar conversaciones infectando televisiones o incluso «cometer asesinatos prácticamente indetectables» – según WikiLeaks – introduciéndose en los sistemas de control de nuestros coches. ¿Pero hasta qué punto es eso cierto? ¿De verdad la CIA quiere y puede infectar nuestros coches para cometer asesinatos?

La realidad es que, pese a las suposiciones de WikiLeaks, no se conoce realmente el propósito que llevó a la CIA a mencionar a los sistemas electrónicos en su proyecto

Aunque WikiLeaks reconoce que el propósito de infectar los sistemas electrónicos de vehículos modernos no está claro, también asegura que el acceso a estos sistemas «podría permitir a la CIA cometer asesinatos prácticamente indetectables». No hará falta que os digamos lo que podría suceder si alguien no autorizado pudiera tomar el control de los sistemas de un coche, que pueden ir desde el manejo de los mandos (la dirección, o el acelerador) a la desactivación de sistemas de seguridad.

Pero lo cierto es que aún no existe ningún indicio de que la CIA haya alcanzado este nivel de control sobre automóviles conectados. Y aunque la afirmación de WikiLeaks sí pueda, con todo el rigor, ser cierta, peca de resultar en exceso alarmista. La autenticidad de los documentos, como habrás podido imaginar, tampoco ha sido confirmada oficialmente, pero muchos expertos en la materia dan por hecho que los documentos son auténticos.

La mención de estos sistemas en una de las reuniones del proyecto es la única alusión al hipotético control de un vehículo que aparece en los documentos filtrados estos días por WikiLeaks

WikiLeaks menciona el tema del uso de sistemas conectados en automóviles por un documento filtrado en el que se hacía alusión precisamente a este asunto. Entre los documentos de «Vault7», el nombre en clave de la filtración de las herramientas de hacking de la CIA, nos encontraríamos con una serie de notas de una reunión del proyecto que tuvo lugar el 23 de octubre de 2014 (ver documento). En esta reunión aparentemente se habrían definido algunos objetivos del proyecto destinado a acceder a sistemas conectados en internet, el mismo que habría investigado técnicas para acceder a televisores domésticos de última generación (tipo SmartTV).

Y en esa reunión se habrían definido objetivos como acceder a los sistemas de los vehículos, mencionando incluso a las plataformas QNX, un sistema operativo de tipo Unix que hoy por hoy es el más extendido en los sistemas de los automóviles modernos.

Pero, de los 8.761 documentos filtrados, no parece que existan más alusiones a este asunto que la presente en aquellas notas de una reunión de 2014, a diferencia de otros dispositivos que sí habrían centrado especialmente la atención del proyecto de la CIA.

La seguridad informática ha de preocuparnos tanto en un coche, como en los dispositivos móviles, y cualquier aparato conectado a internet, que utilizamos a diario

Aunque no haya que ser alarmistas, lo revelado por esta última filtración debería recordarnos lo importante que ha de ser el control de la seguridad de los sistemas que están desarrollando los fabricantes. Desde el sistema que permite el acceso remoto para permitirnos enviar tuits desde la pantalla táctil de nuestro coche en un atasco, hasta aquellos que gozan de un alto grado de conectividad, o incluso automatizan parcial o completamente la conducción (con la llegada del coche autónomo).

Pero por otro lado, tan preocupados como estamos por la seguridad de nuestros coches también deberíamos estarlo por la transmisión de información desde nuestros ordenadores y dispositivos móviles. Y tan preocupados deberíamos estarlo porque esa información no sea accesible a nadie, ya sea un hacker malintencionado, o los servicios de seguridad de nuestro país. ¿O acaso no es tan peligroso que alguien malintencionado pueda manejar nuestro coche a distancia como que un gobernante de un país antidemocrático, que reprime a sus opositores, pueda tener acceso a la comunicación de estos o incluso su localización en tiempo real?

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