Dejará de tener su indestructible y fantástico motor Toyota y lo que viene quizá sea mejor, pero nunca será igual
Tener un motor Toyota bajo el capó suele ser sinónimo de fiabilidad a largo plazo. Y si ese motor está diseñado para darle caña, pues mejor aún. Es el caso del Lotus Emira y su fantástico motor V6 de 3.5 litros con compresor de origen Toyota, un propulsor robusto con 406 CV de potencia que, pese a todo lo bueno, tiene los días contados. Lotus dijo hace no mucho (apenas un par de años) que en 2028 abandonaría los motores de combustió