No es Toyota, pero sólo gasta 4,6 litros cada 100 km y es el coche que menos fallos tiene al cabo de los años: apenas irá al taller
Comprar un coche supone sumirse en un proceso en el que a menudo la mayoría del público busca acertar de lleno cuando se trata especialmente de los aspectos que conciernen tanto al precio como a la asunción de costes. En este último sentido, además de los gastos relativos al mantenimiento periódico, tienen un gran peso los potenciales fallos que el modelo pudiera acabar dando a lo largo de su vida útil, especialmente en cuanto a averías m