Cuando de imponentes infraestructuras se trata, pocas hay más sobrecogedoras que un aerogenerador. Esqueléticos desde la lejanía debido a las proporciones que se ven obligados a tener por su cometido, no es hasta el mismo momento de situarse bajo uno de estos cuando nos percatamos de que estamos ante verdaderos gigantes de hierro que, en el caso del de mayor tamaño de España, es experimental y tiene una altura propia de un rascacielos.
De hecho, con 168 metros de altura total (contando con la de sus palas), es una de las construcciones de mayor altura de la Península Ibérica. Tanto es así que cuando alcanza esa altura de 168 metros (con una de las palas en posición vertical) es más alto que muchos edificios de corte emblemático del panorama nacional, como la propia Torre Picasso del centro de Madrid, que se conforma con 156 metros.
Imágenes del aerogenerador experimental






Sito en plena vega granadita, este gigante de hierro reina en solitario dentro del término municipal de Guadix, pues forma parte de un plan experimental del que es el único aerogenerador programado para este parque eólico.
Aun así, con 3,4 MW de potencia nominal, es capaz de producir anualmente 10,2 GWh, una cifra suficiente para cubrir las necesidades eléctricas de unos 1.200 hogares. Lo más llamativo es que esta potencia, hasta ahora, solo se conseguía instalando tres turbinas convencionales, lo que subraya la magnitud tecnológica del proyecto.
Es el único generador que da forma al parque eólico.
A nivel técnico, el aerogenerador instalado en Guadix destaca por ser un modelo síncrono de imanes permanentes y accionamiento directo, lo que implica la ausencia de engranajes y, por tanto, una mayor fiabilidad mecánica y a fin de cuentas, eficiencia energética, que es la meta del proyecto. Las palas, de 70 metros cada una, son también parte del experimento: están diseñadas con dientes para mitigar el ruido aerodinámico y con alerones que mejoran el flujo del aire, aumentando así el rendimiento general del sistema.
Con ellas, la altura total del aerogenerador hasta el buje es de 100 metros, y si las pruebas del proyecto piloto resultan satisfactorias, se contempla la fabricación en serie de estas palas en las inmediaciones del emplazamiento, favoreciendo así la economía local.
El aerogenerador de Guadix durante su construcción.
Además del impacto técnico que supone su presencia en el territorio nacional, el parque ha generado beneficios directos para la zona, como toda infraestructura de este tipo. Más allá del impacto económico generado durante la obra y los puestos de trabajo que se crearon, con la mera presencia de este gigante solitario se dinamiza la economía local mediante la contratación de servicios, la fabricación de sus propios componentes, el alquiler de los terrenos y el pago de tasas municipales. La vida útil del parque se estima entre 20 y 25 años, por lo que tiene asegurado su funcionamiento hasta al menos el año 2043.
De hecho, la operación y el mantenimiento del aerogenerador suponen un desafío: hay conformado un equipo interno especializado que, junto con el fabricante y empresas externas, se encargan del seguimiento del proyecto, que debido al tamaño del objeto debe ser aún más exhaustivo que el de un aerogenerador convencional. La experiencia acumulada por su impulsora, Cuerva, en parques anteriores, como el de Mamut (Padul), que también implicó desafíos técnicos relevantes, ha sido clave para acometer con éxito esta nueva instalación, que opera desde 2023.
Imágenes del aerogenerador experimental de Cuerva





