La electrificación no es exclusiva del automóvil: también puede hacer más eficientes -y más rentables- maquinarias muy pesadas del ámbito industrial. A simple vista, el Caterpillar D6 XE podría pasar por un bulldozer más dentro del catálogo de la marca, pero se trata del primer bulldozer de tracción eléctrica del mundo y se acaba de renovar.
En un sector donde la innovación llega con cuentagotas -prima la rentabilidad por encima de todo-, tener una máquina híbrida es romper los esquemas. Pero si se demuestra que puede salir más rentable, tienen mucho ganado. Y en este caso, hablamos de una máquina que gasta un 35% menos combustible gracias a su propulsor híbrido.
Ojo, sigue manteniendo un enorme motor diésel en su interior, pero la clave está en cómo funciona. El motor diésel (Cat C9.3B) actúa como generador y este alimenta unos motores eléctricos, que son los encargados de mover las orugas. Es un esquema similar al que puede tener un coche eléctrico de autonomía extendida, por ejemplo, pero en un bicho de 23.285 kilos.
Gracias a esta configuración mecánica, el D6 XE ahorra un 35% de combustible comparado con el D6T diésel normal. Además, tiene un par instantáneo y permite controlar las orugas con mayor precisión. Pero lo verdaderamente interesante está en el ahorro de los mantenimientos: al prescindir de la transmisión convencional, el D6 XE reduce drásticamente el número de piezas móviles y el desgaste por vibraciones, lo que se traduce en menos aceite, menos averías y menos tiempo parado.
Según Caterpillar, este bulldozer puede ahorrar más de un dólar por hora de operación solo en costes de reconstrucción, lo que puede suponer decenas de miles de euros en ahorro directo. Una reconstrucción completa puede costar hasta el 60 % del precio de una máquina nueva, según explican desde Caterpillar. Con el D6 XE, ese coste se reduce.
Nueva generación, nuevo sistema eléctrico
El D6 XE se presentó en 2018, convirtiéndose en el primer bulldozer híbrido del mercado. Ahora acaba de recibir una profunda actualización técnica en la cual han sustituido el motor eléctrico de imanes permanentes por un sistema de reluctancia conmutada, más compacto, eficiente y con menor necesidad de refrigeración. De esta forma, se mejora la densidad de potencia y se simplifica el complejísimo sistema de refrigeración del modelo anterior.
Además, el D6 XE trabaja a un régimen más bajo, lo que no solo favorece la eficiencia, sino que también permite una respuesta mucho más elástica al esfuerzo. Cuando tira de una carga, en lugar de que el motor caiga de vueltas, aumenta el régimen y la entrega de potencia para mantener un par constante. De esta manera, se optimiza la energía y con ello reduce el calor y las pérdidas.
El corazón de la bestia es el motor C9.3B
La central donde se genera la energía en esta máquina es un motor turbodiésel de seis cilindros en línea con 9.300 centímetros cúbicos de cilindrada. En el Caterpillar D6 XE rinde 216 CV, pero según la configuración y la máquina donde se aplique, puede alcanzar los 462 CV y 2.088 Nm de par motor.
Hablamos de un motor que, incluyendo los sistemas anticontaminación, pesa casi 1 tonelada. En condiciones normales puede funcionar con hasta un 20 % de biodiésel, pero también con hasta un 100 % de diésel renovable, aceite vegetal hidrogenado y con diésel sintético obtenido a partir de gas natural (GTL).
| Especificaciones del motor | |
|---|---|
| Configuración del motor | 6 cilindros en línea, turbo |
| Cilindrada | 9.300 cm³ |
| Máxima potencia | 340 kW (462 CV) |
| Par máximo | 2.088 Nm a 1.400 rpm |
| Régimen nominal | 1.800-2.200 rpm |
| Estándar de emisiones | Stage V (UE) |
| Diámetro x carrera (mm) | 115 x 149 |
| Relación de compresión | 17.0:1 |
| Postratamiento | DOC+DPF+SCR |
| Longitud x ancho x alto (mm) | 1.125 x 791 x 1.068 |
| Peso en seco | 961 kg |
Más imágenes del Caterpillar D6 XE






