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Tecmovia

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El abuelo del Nissan Leaf ya disponía de la mitad de su autonomía en 1947

Hemos conocido recientemente que Nissan se ha tomado la molestia de restaurar totalmente un vehículo de 1947 llamado Nissan Tama. Se trata del primer eléctrico de la marca, y el hecho de que fuese gestado en la inmediata posguerra mundial y en un país perdedor de la contienda no es casual. De hecho, la escasez de gasolina y las limitaciones industriales de aquel momento histórico, junto con la disponibilidad de electricidad, son su caldo de cultivo.

Este cochecito casi prehistórico alcanzaba hace 66 años una autonomía máxima de 100 km

A pesar de lo curioso del modelo y de algunas de sus características técnicas, lo que más llama mi atención es que este cochecito casi prehistórico alcanzaba hace 66 años una autonomía máxima de 100 km. Es cierto que su velocidad máxima era de tan solo 35 km/h pero si tenemos en cuenta lo que ha sucedido tecnológicamente desde entonces, ¿no parece una evolución ridícula en baterías en todo este tiempo?

En los últimos 66 años, el ser humano ha hecho cosas como conquistar el espacio. En 1947 faltaban 12 años para la aparición del primer circuito integrado (de germanio, con 6 transistores) y hoy en día tenemos microchips capaces de realizar millones de operaciones por segundo en cualquier teléfono móvil. El ordenador personal era un sueño, la era de la información una fantasía y la gente normal cruzaba el Atlántico en barco.

En los últimos 66 años, el ser humano ha hecho cosas como conquistar el espacio

Pero resulta que en 1947 Nissan ya fue capaz de fabricar un coche eléctrico que podía recorrer 100 km entre recargas, a pesar de su ineficiente alimentación con corriente continua. El motor era alimentado directamente por la diferencia de potencial de la batería y la corriente se hacía pasar por un reostato, que viene a ser una resistencia en la que se pierde potencia en forma de calor a propósito para regular el acelerador.

Me temo que esto nos da una idea de lo poquito que hemos avanzado en almacenamiento químico de energía, y no porque no lo hayamos intentado con inversiones sostenidas y millonarias durante todo este tiempo, sino porque ese almacenamiento es intrínsecamente difícil por no depender de la miniaturización (tal como estamos acostumbrados en electrónica) sino de elementos químicos intercambiando electrones a partir de sus propiedades naturales.

Como ya he comentado alguna vez el almacenamiento de energía eléctrica es, tal vez, el más escurridizo reto tecnológico de los últimos 100 años. Así pues, no creamos en los milagros en este terreno: no hay precedentes, y la tabla periódica es terca como una mula.

Fuente: Autobloggreen
En Tecmovia: El futuro de las baterías: algunas previsiones razonables [estado de la tecnología del automóvil] | Baterías de coches eléctricos e híbridos, hoy [estado de la tecnología del automóvil]

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