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Cizeta-Moroder V16T (1991): el Lamborghini Diablo de 16 cilindros que Marcello Gandini quiso construir

Disociar a Marcello Gandini de Lamborghini es simplemente imposible. Tras fundar Bertone, fue el encargado de dar su diseño final a los Lamborghini Miura o Countach, sin ir más lejos. El DeTomaso Pantera o el Bugatti EB110 también fueron creaciones del italiano. A finales de los 80, Marcello Gandini había enviado a Lamborghini su propuesta de diseño para el Diablo. Entonces propiedad de Chrysler, el diseño fue en parte desechado por los americanos, que lo consideraron demasiado extremo, rediseñando parte del coche.

A finales de los 80, la burbuja económica existente daba pie a todo tipo de excesos de corte automovilístico.

Frustrado por la situación, Marcello Gandini contactó con su amigo Claudio Zampolli. Este brillante ingeniero automovilístico italiano estaba desarrollando un potente superdeportivo artesanal, y necesitaba alguien que le diseñase una carrocería arrebatadora. Gandini le propuso fabricar el Lamborghini Diablo que Chrysler no le dejó construir, mucho más extremo y atrevido que el producto final – que bajo ningún concepto podría definirse como soso o carente de personalidad, todo sea dicho. El Cizeta Moroder comenzaba a tomar forma.

El Diablo tenía un diseño más racional.

Para poder producir este superdeportivo artesanal, Claudio Zampolli necesitaba financiación. Se asoció con el mítico productor musical y compositor Giorgio Moroder – entre otras cosas, compuso la banda sonora de Scarface – y obtuvo la financiación necesaria para llevar el proyecto a buen puerto. Cizeta es la pronunciación en italiano de las iniciales de Claudio Zampolli, y Moroder es el apellido del productor musical. V16 hacía referencia a su esquema de motor y T a la disposición de su transmisión, como veremos un poco más adelante. Ahora, viajad conmigo a 1988.

La historia del Cizeta-Moroder V16T

Era el Salón de Ginebra de 1988, y a un servidor aún le quedaban unos meses para nacer. Era una época de bonanza económica, y marcas como Ferrari no daban abasto para vender su producción – de hecho, Ferrari decidió no limitar la producción de su F40 habida cuenta de su enorme demanda. En aquél ambiente eufórico Cizeta-Moroder presentaba el V16T en la muestra suiza. Un superdeportivo de aspecto realmente deportivo, agresivo y elegante al mismo tiempo. Las branquias laterales llamaban tanto la atención como su anchura.

Moroder se desligó de la empresa en 1990, y todos los coches fueron vendidos como «Cizeta V16T».

Realmente el Cizeta-Moroder V16T parecía un Lamborghini Diablo. Al menos su agresivo frontal estaba ahí, así como la forma del habitáculo y sus maravillosos faros escamoteables. El Diablo tenía una pareja de faros escamoteables, pero Gandini le puso cuatro faros delanteros al Cizeta, cuyo frontal con las luces encendidas quitaba el hipo. Pero era especialmente su zaga la que impresionaba: montaba los neumáticos Pirelli más anchos en producción – de 335 mm de sección – y tenía 2,05 metros de lado a lado.

¿Por qué era tan ancho? Porque sólo su motor medía 150 centímetros de largo y estaba montado en posición transversal. Era un V16 atmosférico, desarrollado por un grupo de ingenieros liderado por Oliviero Pedrazzi con los que Gandini había trabajado en su etapa Countach. En vez de crear un único bloque, juntó dos V8 de tres litros con cigüeñal flat-plane – las malas lenguas hablan de orígenes Ferrari. El motor resultante tenía un único cigüeñal, y una distribución común a ambas mitades, pero tenía ocho árboles de levas.

El coche empleaba un chasis de aluminio fabricado por Cizeta en unas instalaciones cercanas a Módena.

Con cuatro válvulas por cilindro y 5.995 cc de cubicaje, este V16 de 64 válvulas desarrollaba nada menos que 540 CV a 8.000 rpm y un cuantioso par motor: 542 Nm a 6.000 rpm. Su línea roja estaba situada a las 9.000 rpm, y toda la potencia se enviaba al tren trasero a través de un cambio manual de cinco relaciones. La transmisión del coche estaba situada en T con respecto al propulsor, colocado en posición transversal. El coche no era ligero, a pesar de usarse aluminio en su construcción: pesaba la friolera de 1.700 kilos.

Con todo, anunciaba unas prestaciones de órdago: un 0 a 100 km/h de sólo 4 segundos y una velocidad punta de 328 km/h. Cada unidad fue vendida a un precio de unos 250.000 euros: hoy en día estaríamos hablando de tres cuartos de millón de euros si tenemos en cuenta la inflación. El problema era que en su momento costaba el doble que un Lamborghini Diablo, con el que competía directamente: ambos fueron lanzados al mercado en 1991 debido a los retrasos en la producción del Cizeta, parte causa de su complicado propulsor.

Sólo 8 unidades serían producidas hasta que la empresa quebrase, en 1995.3 unidades más fueron construidas entre 1999 y 2003.

Sus prestaciones nunca fueron probadas oficialmente, y el coche adolecía de ciertos problemas de calidad, así como un interior poco exótico en relación a su agresiva carrocería. El coche tampoco pudo ser homologado en Estados Unidos, entonces un mercado clave para la venta de este tipo de superdeportivos – habría salido demasiado caro. La marca sólo pudo producir 8 unidades – un prototipo incluido – antes de quebrar en 1995. La misma recesión global que se llevó por delante a Bugatti también se llevó al Cizeta V16T.

Tres unidades más serían producidas años después: entre 1999 y 2003 Zampolli fabricó bajo encargo dos V16T coupé y un único Spyder TTJ. La empresa se afincó en California en 2006, y ofrecía la construcción de los V16T bajo encargo por precios superiores a los 600.000 dólares. No se tiene constancia de que estos coches hayan sido producidos, pero curiosamente, una unidad fue ilegalmente importada a Estados Unidos en 2009 – se cree que por Zampolli. Fue incautada por aduanas, y su actual ubicación es desconocida.

Fuente: Cizeta USA | Supercars.net

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