Que la transición tecnológica de la industria automovilística, en términos de propulsión eléctrica, ya está empezando a tener efectos sobre las marcas más puristas y fieles al conductor tradicional no es novedad. Tras los primeros BEV de Mercedes-AMG, como el EQS 53, y de Audi Sport, como el RS e-tron GT, BMW M no quiso ser “menos” y desarrolló algunas versiones de modelos eléctricos existentes en la firma, como el i4 M50, un sedán de corte coupé con dos impulsores (4x4) y 544 CV de potencia. Sin embargo, todo apunta a que la...