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Decálogo para conducir con seguridad y confianza bajo la lluvia

Llamaban Regenkönig – el rey de la lluvia – a Michael Schumacher, ya que mostraba una excelente capacidad para sobrepasar a sus rivales cuando la pista estaba mojada. No me considero un «maestro de la lluvia», pero soy asturiano y forzosamente, de lluvia entendemos. Todos los meses conduzco bajo la lluvia en varias ocasiones, y a pesar de estar acostumbrado a ello, en ningún momento le pierdo el respeto al firme mojado. Menos visibilidad, menos agarre y el temido aquaplaning convierten la conducción en una labor más desafiante, más peligrosa. Con este decálogo de consejos para conducir con lluvia, no tendrás problema en enfrentarte al líquido elemento con total seguridad.

1) Aumenta la distancia de seguridad

Debes aumentar la distancia de seguridad con el coche al que precedes. La distancia de frenado aumenta con el firme mojado, y además, evitarás las proyecciones de agua de otros coches, que multiplican la disminución de visibilidad propia de la lluvia. Cuando llueve en una gran ciudad se suelen provocar accidentes por alcance. A veces causan retenciones monumentales, que he sufrido en mis propias carnes. La mayor parte de estos accidentes se evitarían si se respetase una distancia de seguridad adecuada, y todos entendiésemos esta necesidad.

2) Házte ver

Si llueve, es recomendable encender la iluminación de cruce de tu coche, aunque sea una llovizna ligera. Te verán mucho más fácilmente, tanto otros vehículos como peatones. Por supuesto, debes tener en cuenta que las luces deben estar bien orientadas, o causarás peligrosos deslumbramientos. Sólo si la lluvia es verdaderamente intensa – comparable a una densa niebla – debes encender los antinieblas traseros. Estoy cansado de ser deslumbrado por antinieblas traseros cuando caen cuatro gotas.

3) Mantén tus escobillas en un estado óptimo

Las escobillas de los limpiaparabrisas cuestan unos 20 euros en cualquier gran superficie, y pueden marcar la diferencia entre una visibilidad correcta o una peligrosa jornada bajo la lluvia, multiplicando las posibilidades de un accidente. Las escobillas sufren especialmente en regiones donde hace mucho calor en verano: si notas que no despejan adecuadamente la lluvia, cámbialas lo antes posible. Igualmente, es recomendable su sustitución en cuanto comienzan a hacer ruidos o dejan rastros en el parabrisas.

Sobra decir que los neumáticos deben estar en un estado perfecto, con un buen dibujo en su banda de rodadura.

4) Extrema el cuidado cuando empieza a llover

El momento más peligroso de la conducción con lluvia es justo cuando ha comenzado a llover. La lluvia arrastra la suciedad acumulada en el asfalto – tierra, polvo, aceite… – y se forma un resbaladizo barrillo que puede jugar muy malas pasadas. Ten especial cuidado si hace mucho tiempo que no llueve. Por fortuna, en regiones donde suele llover mucho – el norte peninsular, por ejemplo – este problema no es tan grave. Extrema la precaución, y ten cuidado en curvas, pasos de cebra y zonas mal asfaltadas: son las más peligrosas.

5) Modera la velocidad y no conduzcas agresivamente

El asfalto mojado tiene un agarre bajo, que empeora aún más si el estado del firme es malo, y ya sabemos cuál es el ruinoso estado de las carreteras en España. Además de aumentar la distancia de seguridad – me voy a repetir con esto – debemos evitar conducir de forma agresiva. Nuestros neumáticos se pueden ver superados si circulamos a una velocidad excesiva en zonas reviradas, y ante un peligro imprevisto, la potencia de nuestros frenos y la capacidad de esquiva se ven mermadas. No corras y conduce con suavidad para evitar lamentos.

Evita dar frenazos fuertes, y al pasar por un charco, seca los frenos pisando suavemente el pedal del freno.

6) Vigila las proyecciones al adelantar, especialmente a camiones

Aunque esté lloviendo, no significa que tengamos prohibido adelantar. Pero los adelantamientos implican acercarse en mayor medida a coches y camiones que pueden cegarnos con enormes cortinas de agua. Adelanta cuando tengas la certeza de poder finalizar la maniobra, y hazlo lo más rápido que puedas, sin comprometer tu seguridad. Aún con los limpiaparabrisas funcionando a su máxima velocidad es posible que durante unos segundos perdamos la visibilidad. Mantén el volante recto, sujétalo con firmeza y extrema el cuidado.

7) Evita los charcos en la medida de lo posible

Sí, es divertido pisar los charcos cuando vamos en coche, pero no es en absoluto recomendable. En primer lugar, podemos sufrir aquaplaning, incluso a poca velocidad, y perder el control del coche en casos extremos. En segundo lugar, no conocemos su profundidad, y esconden tanto ligeras irregularidades del firme como enormes socavones. No quieres encontrarte una sorpresa desagradable. En casos extremos, pueden incluso causar problemas en algunos sistemas eléctricos del coche, o incluso provocar que se introduzca agua en la admisión.

Procura igualmente circular por las partes de la calzada por donde otros vehículo ya han pasado. Tienen menos agua en la superficie.

8) El temido aquaplaning, y cómo evitarlo

A veces el agua inunda la calzada y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. El aquaplaning sucede cuando al pasar sobre una superficie inundada, el agua forma una películo entre la calzada y nuestros neumáticos. Seguro que lo has experimentado: el coche «flanea» y la dirección deja de ser efectiva. Si notas aquaplaning, deja de acelerar, sujeta fuertemente el volante y no hagas maniobras bruscas. Un frenazo o un volantazo pueden causar una pérdida de control completa, de la que ni el ESP te puede salvar en el peor de los casos.

9) Extrema el cuidado en las marcas viales

Las marcas viales, la pintura de nuestras carreteras y ciudades, tampoco pasan por un buen momento en su estado de conservación. Muchas ya se pintan con compuestos rugosos para evitar caídas y patinazos a los motoristas, pero en cualquiera de los casos, suelen desgastarse con facilidad. Son extremadamente deslizantes, especialmente para los vehículos de dos ruedas. Pasa por ellas lo más recto que puedas, sin hacer movimientos bruscos y a poca velocidad. Si has tenido problemas en alguna, denuncialo ante tu ayuntamiento.

10) Conducir con lluvia aumenta el cansancio

Cualquiera que haya conducido con lluvia durante varias horas puede atestiguarlo. Conducir con lluvia cansa al conductor en mayor medida: debe forzar la vista, y estar mucho más vigilante al tráfico y a su propio coche. Lo que ocurre es que el cansancio del conductor se acentúa. Si tienes que conducir con mucha lluvia, aumenta la frecuencia de las paradas y no dudes en parar si te encuentras cansado. Tómate un café o un refresco y duerme bien la noche antes si vas a viajar y hay pronóstico de lluvias al día siguiente.

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