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¿Qué puedo hacer si un vecino ocupa mi plaza de garaje? ¿Y si la invade?

Posiblemente sea una de las situaciones más frustrantes que le pueden pasar al propietario de un coche. Entrar en el garaje comunitario y comprobar que alguien ha ocupado con su coche nuestra plaza. Alternativamente, una gran fuente de problemas es la invasión parcial de nuestra plaza de garaje por el coche contiguo, algo especialmente problemático en parkings antiguos, repletos de enormes coches modernos. En este artículo te vamos a contar qué derechos tienes, y qué soluciones existen ante la ocupación por otro coche de tu plaza de garaje, o la invasión de otro vehículo en la misma.

Ocupación indebida de la plaza de garaje

Encontrarte un coche estacionado en tu plaza del garaje comunitario es una situación que no pocos conductores han tenido que sufrir. Puede que el coche aparcado sea de la visita de un vecino – sin justificar la actitud, lo apropiado en este caso sería dejar una nota – o incluso, algún vecino que se aprovecha de una plaza que puede estar desocupada una parte importante del tiempo. En cualquier caso, supone una invasión ajena de la propiedad privada, y no tiene justificación. Una vez superado el cabreo y la molestia, toca buscar soluciones.

Tomarnos la justicia por nuestra cuenta no es una buena idea. Como mínimo, acabarás teniendo un problema aún mayor con el «infractor».

Lo primero que debes hacer es tratar de solucionar la situación por las buenas. Si el garaje tiene un conserje, habla con él e intenta averiguar de quién es el vehículo. Puede que simplemente sea un vecino que se ha aprovechado de una plaza habitualmente desocupada. La mejor vía de actuación es dejarle una nota o hablar con la persona que ha ocupado la plaza, y hacerle ver de forma razonable que no puede hacerlo, demostrando el perjuicio que te ha causado. No te dejes llevar por la rabia, rayando su coche o causándole desperfectos: te cargarás de problemas.

Si la situación no se resuelve con una conversación amigable, lo siguiente será elevar la situación al presidente de la comunidad de vecinos o administrador de la finca. Algunas comunidades cuentan con un régimen sancionador para situaciones similares, pero la realidad es que el mero hecho de airear públicamente la situación en una junta de vecinos o una comunicación oficial puede disuadir al vecino de volver a aparcar en tu plaza. El último recurso, como es lógico, es optar por la vía judicial, ya sea por denuncia de la propia comunidad, o a nuestro título personal.

El administrador de la finca o el presidente de la comunidad de vecinos pueden ayudarnos, pero depende de su voluntad y poder.

La mera mención de acciones judiciales – ya estén aprobadas en junta vecinal, o sean a título individual – hará desistir de sus empeños a muchos «invasores» de plazas. Si vas a optar por esa vía, ten en cuenta que debes tener pruebas o testigos que respalden la ocupación de tu plaza de garaje. Si eres capaz de demostrar la ocupación ilícita, muchas leyes están de tu parte: el juez te dará la razón y la persona que ocupe tu plaza tendrá obligatoriamente que acatar la decisión judicial. Aunque esta vía es drástica y efectiva, como inconvenientes, es lenta y burocrática.

¿Y la policía no puede intervenir antes de llegar a estos extremos? Al ser una plaza de garaje un espacio privado, al igual que el garaje comunitario, la grúa municipal no tiene jurisdicción para retirar el vehículo. Un último detalle: si esto te ocurre en una plaza de la que eres arrendatario, el proceso a seguir sería el mismo, pero será el arrendador el que deba ponerlo en marcha. Tu deber es, simplemente, informar al propietario de la plaza de garaje. Ahora bien, ¿qué ocurre si están invadiendo parcialmente nuestra plaza de garaje?

Si hay una sentencia a nuestro favor y no es acatada, el infractor se enfrenta a un delito de desobediencia.

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Invasión de nuestra plaza de garaje

De nuevo, una situación realmente incómoda. Especialmente frecuente en garajes estrechos, y si tenemos de vecinos a coches especialmente grandes. La Ley de Propiedad Horizontal, en su Artículo 3 a), afirma que el derecho de propiedad de una plaza de garaje termina donde su propia superficie acaba. Es decir, está estrictamente limitada por sus propios límites, que suelen ser rayas pintadas en el pavimento. Por tanto, no está permitido invadir las plazas contiguas ni las zonas de paso comunes del garaje, ya sea con nuestro vehículo o nuestras pertenencias.

La jurisprudencia existente ha afinado los posibles escenarios al máximo. Para que se considere que el otro vehículo está invadiendo nuestra plaza, es su rueda o carrocería la que debe superar los límites de nuestra plaza. Que su espejo retrovisor sobresalga e invada nuestro espacio no es considerado ilegal. De nuevo, el proceso para remediar esta situación es casi idéntico al descrito para la ocupación de la plaza, si bien no tan «traumático». Si cabe, es aún más importante solucionarlo mediante el diálogo, y sin recurrir a terceros o a una vía judicial.

El coche de tu vecino no puede ocupar tu plaza. Ni su carrocería ni sus ruedas deben invadir tu espacio.

Tendrás que convivir con ese coche durante meses y/o años, y en última instancia, el entendimiento y la tolerancia son la base de una buena vecindad.

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