La industria automovilística europea se prepara para afrontar una nueva crisis. Ya hemos perdido la cuenta de cuántas van en los últimos años, pero esta vez el motivo resulta bastante familiar: hay un nuevo problema con los semiconductores.
Y es curioso porque, en esta ocasión, está implicada una empresa europea: Nexperia, un fabricante holandés de microchips. Pero los tentáculos de China llegan a todas partes y resulta que este fabricante de semiconductores es propiedad de la empresa china Wingtech Technology Company.
Presionado por Washington, el gobierno de Países Bajos decidió tomar el control de la empresa en virtud de una ley de emergencia destinada a salvaguardar la producción de ciertas manufacturas estratégicas. Y la respuesta de Pekín no ha tardado en llegar: el gobierno chino ha prohibido a Nexperia que exporte microchips fabricados en sus plantas chinas.
Desde la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), señalan que esta situación «podría provocar importantes restricciones de producción» y advierten que incluso podría provocar paros de producción en un futuro no muy lejano. En cuestión de una semana podría afectar a los proveedores principales y en un plazo de 10 a 20 días empezaría a notarse en todo el sector.
Volkswagen, Mercedes y Bosch, entre sus mayores clientes
Entre los clientes de Nexperia está el Grupo Volkswagen, Mercedes-Benz y Bosch. Volkswagen ha creado un gabinete de crisis para abordar la situación, pero desmintió la información de un periódico alemán que afirmaba que se preparaba para detener la producción del Golf y el Tiguan en Wolfsburgo.






Mercedes-Benz ha dicho que está siguiendo de cerca la situación de Nexperia y ha asegurado suministros a corto plazo. Por su parte, Bosch, el mayor fabricante de piezas para coches del mundo, aseguró que está «en estrecho contacto» con Nexperia, así como con otros proveedores y clientes afectados, para evitar o minimizar cualquier restricción en la producción.
Pero no sólo afectará a Europa. Se prevé que las consecuencias lleguen también a los fabricantes estadounidenses, que están expuestos a través de proveedores que también dependen de los chips de Nexperia para sus productos electrónicos -que hoy en día, en un coche moderno, son muchos-.
Los chips y su importancia en la geopolítica mundial
Desde los automóviles hasta los satélites de comunicaciones, pasando por las armas de última generación o la electrónica de consumo, los microchips juegan un papel crucial en el equilibro de poder en este siglo. Ya quedó patente con la anterior crisis de semiconductores y, aunque esta parece menos grave, ahora vuelve a ocurrir.
La prohibición de exportar chips de Nexperia se produce tras las medidas de Pekín para restringir las exportaciones de tierras raras esenciales para los vehículos eléctricos. Todo junto deja un caldo de cultivo a punto de ebullición. Para intentar calmas las aguas, China y Estados Unidos se reunirán a finales de este mes para intentar llegar a acuerdos que rebajen la tensión. Por otro lado, el gobierno neerlandés afirmó que se mantendría en contacto con las autoridades chinas para trabajar «hacia una solución constructiva».
De manera paralela, los fabricantes de automóviles y los proveedores están en contacto con el gobierno de Países Bajos y la Comisión Europea para elaborar planes de contingencia, pero han advertido que volver a la normalidad llevará meses, no días, y señalan que será difícil hacer pronósticos fiables sobre el alcance del problema «debido al alto grado de complejidad y volatilidad» en la cadena de suministro global.