Con la electrificación de la industria automotriz, poco a poco se ha visto entrar nuevos actores entre el grupo de fabricantes. Especialmente desde China ha llegado una nueva corriente que está teniendo evidentemente mucha incidencia dentro del sector de vehículos 100% eléctricos, con compañías que no solo presumen de precios asequibles, sino que han buscado plantar batalla a las compañías occidentales en un terreno de juego muy similar en lo referente a la promoción.
Récords de velocidad, luchas contra el crono en el Infierno Verde o el interés por atraer un público más centrado en el Lifestyle. Muchas han sido las propuestas realizadas por esas marcas que buscan hacerse un hueco en el mercado europeo, firmas que en muchas ocasiones no parten de una hoja en blanco, sino que vienen de un pasado mucho más relacionado con la tecnología como es el perfecto ejemplo de Xiaomi, Huawei o Roborock.
Sorprendentemente, no son solo compañías centradas en la creación de dispositivos audiovisuales de telefonía móvil los que han querido hacer esta internada, sino que otras empresas mucho más exóticas también han probado suerte, como es el caso de Dreame Technology, una compañía china mucho más orientada a la electrónica del hogar, entre otras cosas, su gran especialidad como desarrolladora y productora de aspiradoras autónomas.
Esta marca ha entrado en la batalla comercial contra sus competidoras por la puerta grande y ya ha confirmado que, entre sus planes, están los de crear el automóvil de producción más rápido del mundo, marcándose como objetivo el hacerlo ya para el año 2027, un paso muy lejano a crear un crossover eléctrico tal y como se habló cuando se anunció este nuevo proyecto.
Dreame está mucho más orientada a la creación de nuevos vehículos de altas prestaciones, por lo que no es de extrañar que haya empezado a mirar a competidoras europeas como Rimac, Bugatti o Koenigsegg en esta eterna lucha por ver quién es el ‘Dios del viento’ en esta nueva era en la que otros competidores como Ferrari o Porsche no parecen interesados en batallar simplemente por las cifras.
No se conoce mucho más acerca de este nuevo hiperdeportivo, pero lo cierto es que las informaciones apuntan a que Dreame está reforzando el apartado orientado hacia la industria automotriz, con una plantilla que ya superaría el millar de empleados y que contaría con parte de la experiencia acumulada durante años en la producción de motores eléctricos de alta velocidad (de hasta 200.000 rpm), así como en otros apartados y tecnologías relacionadas con la Inteligencia Artificial.
Reducir este movimiento dentro de la industria a que un fabricante de aspiradoras busca crear el coche de producción más rápido de la historia quizás sea simplificar demasiado la ecuación, pero al menos sí que parece que Dreame Technology está mucho más decidida a hacerlo realidad que a lo que llegó su principal competidor, Dyson, el cual también se planteó crear un crossover eléctrico, planes que quedaron enterrados en 2019.
«El sector automotriz de lujo ha estado echando en falta una marca de hipercoches eléctricos verdaderamente inteligentes», declaró la compañía. «Mientras que las marcas tradicionales de ultralujo como Bugatti y Bentley han tardado en adoptar la electrificación y la inteligencia, Dreame redefinirá lo que constituye el ultralujo en la próxima era automotriz».