Motor de 16 litros diésel con 300CV y, agárrate, 1004Nm de par sin usar un turbo. Este era el corazón de 660kg que estaba destinado a mover un todoterreno de proporciones apocalípticas. ¡Esta es la historia del Uran 4×4, un tanque ruso para la ciudad! (O para cruzar acantilados).
El creador, su compañía y un aparato rodeado de habladurías
El Uran fue creado por el diseñador ruso Gennaday Hainov, un tipo que alcanzó cierta fama en la industria automotriz de los 80 por ser partícipe de un prototipo bastante elegante para ser de índole soviética. Esto atrajo las miradas de todo el funcionariado y, según se dice por los oscuros rincones que rodean a este mamotreto, un burócrata ruso forrado de pasta fue quien se le acercó para hacerle un encargo a Hainov.
Hainov fundó Dragon Motor Company. El nombre ya apuntaba maneras y se centraron en carrozar SUV pequeños basados en camiones UAZ. Sea con burócrata de por medio o no, en los 90, se embarcó en la construcción del Uran. Todo se haría de manera artesanal y tirando de ingenio.
Gennaday Hainov junto a su creación
Un motor diésel destinado a mover infantería y otros retales
El V6 de 16 litros se llama UTD-20 y provino de un BMP-1 ruso, un vehículo blindado de transporte de infantería que se usó entre 1966 y 1982. Para el resto de elementos se tuvieron que emplear retales de otras joyas de la antigua era.
Tenía los ejes de un APC BTR-60, una tanqueta 8×8. Usaba la transmisión de un camión 6×6 llamado ZIL-131 y la suspensión neumática de un autobús LiAZ de pasajeros.
Se creó un chasis tubular a medida para encasquetar todo esto y ya que el motor es de tanque, equipa 2 tanques de combustible de 120 litros cada uno para darle de comer. Todo queda encerrado en una carrocería de fibra de vidrio. Me encantaría saber su peso total.
Soluciones ingeniosas, interior, detalles y un final amargo
Las llantas pueden ser de 28″ y las ruedas quién sabe de cuanto. El capó está lleno de rejillas porque el enorme cabestrante ocupa la posición del radiador. En su lugar, se dividió en 4. Cada uno con su electroventilador que respira por esas rejas.
Es impresionante su envergadura, pero más aún que sus formas, dentro de todo, no sean exageradamente raras para ser algo fabricado por una sola persona durante tanto tiempo en un cobertizo. Me encantan las salidas de escape a los laterales, las palancas de cambio kilométricas, la trampilla en el techo y ese interior beige que debió dejar sin cuero a toda una fábrica por lo enorme que es.
Siguiendo la línea más rocambolesca de los dimes y diretes de esta historia, finalizaré diciendo que el Uran 4×4 se pudo haberse finalizado sobre 2014 y que jamás recibió homologación para circular, pues ese mencionado burócrata debió rechazar el resultado de 2 décadas de trabajo porque… ¿era demasiado ostentoso para alguien de su calibre?






