smart roadster: deportivo de culto en pequeñas dosis
La primera vez que probé un smart – que además era fortwo cabrio – no podía dejar de pensar en que estaba conduciendo un biplaza, con motor posterior, tracción trasera y techo desmontable de tipo targa. Necesariamente, algo divertido debería salir de esa experiencia. La experiencia de conducir un smart fortwo por primera vez es gratificante, pero ni mucho menos comparable a la de conducir un deportivo con esas características, ni tampoco comparable a otra de las sorpresas que tenían preparadas la gente de smart para la primavera de 2013. Con la base apropiada, ¿por qué no transformar