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BMW M6, eficiencia y el milagro de rebajar los 10 l/100 km

Ya hemos venido hablando durante los últimos meses acerca de los planes de BMW M, el departamento de los vehículos de «altas prestaciones» de los de Múnich, no sin polémica puesto que entre otras cosas se confirmaba la irrupción de los primeros M diésel. Pero hoy estamos en disposición de presentar a un nuevo gran coupé deportivo que no sólo es capaz de conjugar prestaciones, lujo y elegancia, sino también eficiencia para lograr un consumo de 9.9 litros/100 kilómetros.

El BMW M6 ha conseguido por primera vez el hito de rebajar los 10 litros/100 kilómetros, o lo que es lo mismo, una reducción de consumos del 30% con un atenuante: su potencia ha aumentado hasta unos brillantes 560 CV (+53 CV). Con lo cual este coupé deportivo también será significativamente más rápido y ya no sólo eficiente.

¿Cómo ha obrado BMW el milagro de los consumos del nuevo BMW M6?

Para empezar no ha lugar para un motor de diez cilindros en uve como el que hasta ahora había movido las entrañas de este flamante deportivo. La solución ideal para BMW es un motor V8 de 4.4 litros que hiciera uso de la tecnología TwinPower Turbo, o lo que es lo mismo: alzado variable de válvulas Valvetronic, arboles de levas variables (VANOS doble), inyección directa High Precision Injection y un turbo de tipo Twinscroll. El sistema de parada y arranque automático del motor es de serie.

La pregunta del millón es ahora: ¿los diésel son por tanto una necesidad o un capricho?

La nueva generación de deportivos, y más concretamente para el caso que nos incumbe de grandes coupés deportivos, nos ha demostrado que se pueden lograr cifras sorprendentes sin renunciar a la finura de un V8 pero recurriendo a la sobrealimentación y pingües técnicas de mejora de la eficiencia. Por supuesto que existen alternativas más allá de los diésel para cumplir con un estricto programa de reducción de emisiones, pero la alargada sombra del gasóleo sigue presente.

El movimiento de BMW M para introducir su diésel de altas prestaciones podría considerarse más bien una forma de atraer a un excelso grupo de clientes que azuzados por la vorágine y la filia por el gasóleo impuesta en Europa demandan vehículos de características deportivas y el corazón de un diésel.

Lo crean o no muchos clientes, lejos de añorar a los atmosféricos o los grandes motores de gasolina de antaño, valoran sobremanera algunas ventajas de los diésel como su alto par desde bajas, la gran «patada» con que responde el motor a nuestro impulso sobre el acelerador, su elevada autonomía que retrasa el paso por la gasolinera y por supuesto el ahorro económico que supone en cada repostaje.

Fuente: BMW | Diariomotor
En Tecmovia: BMW M se pasa al diésel: triple turbocompresor y 6,3 l/100 Km para 381 CV

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