El pasado día 25 se inauguró el primer centro del mundo de Better Place. Ya os lo contamos con los datos oficiales, pero esta vez hemos ido directamente hasta la estación de recarga en Tokyo para contaros in situ y con detalle todo sobre Better Place.Las informaciones oficiales marcaban Roppongi Hills como el lugar donde encontrarlos, pero allí solo estaba la parada de taxis.
Justo al lado de la fila de taxis se encontraban los tres Nissan Qashqai, cada uno en una esquina, como si estuvieran castigados sin jugar. Nadie se acercaba ni se subía en ellos, pues no llamaban mucho la atención. Pero al cotillear un poco, uno de los conductores se nos acercó y nos preguntó si queríamos usarlo. Solo la gracia de abrir la puerta del taxi son unos 6€, por lo que no había mucha intención, pero nos explicó que la estación de recarga se situaba a unos 2.5 km, cerca del metro de Toranomon.
Al llegar (fuimos andando, que así no contaminábamos), lo que llama la atención es el poco espacio que ocupa, con un edificio de dos plantas en el que la parte baja se usa para dar una pequeña charla sobre la empresa, mientras que la superior es una pequeña oficina. Al lado del edificio tienen la zona donde guardan las baterías y el sistema de recarga, con grandes ventanas para poder mostrar como es el sistema, junto a la zona donde los vehículos pasan para cambiar la batería.
Después de echar un vistazo rápido a la estación bajo la atenta mirada de cinco empleados, asistimos a la charla que dan sobre Better Place, la estación de recarga y los taxis que actualmente tienen en pruebas. Por un lado, quieren abrir más estaciones de recarga en los siguientes lugares: Dinamarca, Australia, Hawai, California, Ontario e Israel.
Y por otro, entrando en detalle sobre Japón, su plan consiste en abrir 100 estaciones como esta en el área metropolitana de Tokyo antes de acabar la década, a la vez que se convierten todos los taxis de la ciudad en eléctricos, pues representan el 2% del total de vehículos (unos 60.000), pero sus emisiones de CO2 suponen el 20% del total. Otro de sus objetivos es cambiar a coches eléctricos los usados por las compañías de renting y alquiler. Un plan muy ambicioso, pero conociendo a los japoneses seguro que lo consiguen.
Pero había un detalle durante la presentación que llamaba la atención, aunque después de una semana por Tokyo te acostumbras a ver de todo. Había varias pantallas que mostraban datos sobre los 3 taxis en funcionamiento. Por un lado, había dos pantallas con un mapa mostrando la ubicación de cada taxi y una pequeña información acerca del estado (carga de la batería, temperatura de la batería, kilómetros recorridos, kilómetros restantes de autonomía, etc.), y luego había una pantalla por cada taxi, en el que se mostraba infinidad de datos: si lleva el A/C encendido o no, fotografía del conductor, nivel del acelerador pisado, rpm del motor, par del motor en ese momento, etc.
Todos esos datos están disponibles tanto en la central como en el vehículo, pero además, a cada conductor les han dado un iPhone, con el que a través de una aplicación propia pueden tener un pequeño resumen disponible del estado de su taxi. Viendo los datos en las pantallas, y preguntando a los empleados, supimos que la duración media de la batería es de entre 70 km – 80 km (que no es que sea para tirar cohetes, pero los trayectos que hacen son de unos 5 km por pasajero como mucho), dependiendo de la manera de conducir, la ruta, el clima, etc.
Lo siguiente era el plato fuerte de la presentación. Un cambio de batería de uno de los Nissan Qashqai preparados como taxi. Para enseñaros que no nos han timado con los vídeos oficiales, hemos decidido grabar el cambio de batería nosotros mismos:
En el vídeo no se aprecia, pero si te sitúas en el lateral se ve perfectamente todo el proceso de preparación de las baterías. Al levantarse la barrera del principio, la estación de recarga, que es muy lista, prepara una batería cargada mientras el coche se coloca en la posición correcta. A continuación, se abre una trampilla y la estación, que es un poco indiscreta, hurga en los bajos del coche para sacarle las baterías, llevárselas e introducir las nuevas cargadas.
En menos de dos minutos desde que se levantó la barrera hemos realizado el cambio y podemos seguir nuestro camino. Pero si somos más de tomarnos un descanso cada 2 horas de conducción, Better Place dispone de unos pivotes de recarga de alto voltaje que instalará por la ciudad. Con dejar el coche entre 15 y 30 minutos recargaremos hasta el 80%, mientras que si es con la toma de casa la cosa llevará unas cuantas horas más. Estos pivotes se activan mediante un carnet con un chip RFID, que hace que al pasar la tarjeta por encima del pivote ya se active.
Es algo bastante cómodo y muy implementado en Japón, en aspectos cotidianos como las tarjetas de crédito, el abono del metro o incluso en teléfonos móviles. Este es un sistema que solventa uno de los grandes problemas de los coches eléctricos (aparte de la duración de las baterías), y es poder “repostar” rápidamente. Ahora solo falta que se mojen las empresas petrolíferas, porque seguro que les sale más rentable instalar estaciones de Better Place en las gasolineras que dejar que otro se lleve este nuevo y jugoso pastel.
Y habrá que estar muy atentos al resultado de este test (que recordemos tienen una duración de 90 días), pues en 2011, tanto en Dinamarca como en Israel, se llevará a cabo una implantación a nivel nacional de estas estaciones de recarga, junto a los vehículos eléctricos de la alianza Renault-Nissan. De momento, espero que las previsiones de uso de los taxis (entre 40 y 90 pasajeros al día) se cumplan, porque por lo que pude ver en una hora, apenas habían usado 2 taxis.
Me ha parecido un lugar muy interesante. Una pequeña mirada al futuro, del que me llevo un bonito recuerdo, unas cuantas fotos y dos bolis de Better Place (regalados, que conste).
Visita a la electrolinera de Better Place en Tokyo
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