Entre las creaciones iniciales de la marca debemos mencionar al Bugatti Type 18, un coche de cuatro cilindros y 5 litros de cubicaje que desarrollaba 100 caballos y era capaz de rodar a 160 km/h. Roland Garros tuvo uno.
El primer turismo de Bugatti fue el Type 30 Tourer, de 1922, con más de 600 unidades producidas hasta 1926 mientras que en 1924 empezó lo que podemos interpretar como la edad dorada de Bugatti, de la mano del Type 35, el coche con más victorias en competición del mundo, con 2000 triunfos y podios. Este coche era tanto de calle como de competición, se vendieron más de 300 unidades entre 1924 y 1931 y contaba con un motor de 8 cilindros en línea y 2 litros de cubicaje que desarrollaba una potencia de 90 caballos para 750 kg. Su diseño en lágrima es muy representativo y en 1925 cosechó el primer triunfo de la marca en la targa Florio. Durante los siguientes 4 años Bugatti ganaría la Targa Florio, haciéndose en 1929 con el Gran Premio de Mónaco, una victoria que fue también repetida los años siguientes.
Bugatti se involucró con la competición desde sus inicios
En 1926 Bugatti lanzó el Type 37 (un Type 35 con un motor más pequeño), el Type 40, uno de los modelos más exitosos (se produjeron 800 unidades) y al que es considerado uno de los coches más caros de la historia, el Bugatti Type 41 Royale. Tenía un motor de 8 cilindros y 12.7 litros de cubicaje que desarrollaba una potencia de 300 caballos y sólo se fabricaron 6 unidades aunque la crisis económica hizo que Bugatti sólo vendieran 3 de ellos (Bugatti planeaba vender 25 unidades). Este modelo casi lleva a la ruina a la marca aunque finalmente se pudo emplear el motor desarrollado para este coche en un tren de alta velocidad francés.
Durante los años 30 Bugatti crea el Type 50, el Type 51, el Type 53, el Type 55 y el Type 57. El Type 53 fue el primer y único coche diseñado por Ettore Bugatti con tracción total y el Type 57 fue una de las creaciones más representativas de Jean Bugatti, con un total de 685 unidades creadas y equipado con un motor de 8 cilindros en línea, de poco más de 3.2 litros de cubicaje y 135 caballos, poniendo a disposición de los clientes un total de 5 carrocerías diferentes.
La II Guerra Mundial es el principio del fin para la Bugatti de Ettore
Durante la II Guerra Mundial, en 1940 y bajo la ocupación francesa Ettore Bugatti se ve obligado a vender la fábrica de Molsheim que fue devuelta a la familia en 1945. Sin fondos Bugatti no pudo desarrollar una nueva gama de productos y Ettore falleció en 1947.
Tras la muerte de Ettore y bajo la dirección de Pierre Marco Bugatti vende un ligeramente modificado Bugatti Type 57 rebautizado como Bugatti 101 hasta que en 1956 cesa la producción con un total de 7.900 coches producidos.
Romano Artioli recupera Bugatti, la muda a Italia y crea el EB110
En 1987 el emprendedor y distribuidor de coches italiano Romano Artioli recupera la denominación de Bugatti, crea Bugatti Automobili, estableciendo la “base” de la marca en Campogalliano, cerca de Módena y así es como nace el Bugatti EB 110, presentado el 15 de septiembre de 1991 (el día en el que Ettore habría cumplido 110 años) en París. Fue el primer coche de producción con un chasis monocasco de fibra de carbono y empleaba un motor V12 de 3.5 litros de cubicaje con cuatro turbos que desarrollaba una potencia de 561 caballos. Sólo se construyeron 140 unidades.
En 1995 la nueva Bugatti entra en bancarrota, Dauer Racing se hace con los derechos del EB110 y construye otras 10 unidades más.
La «Era Volkswagen» de Bugatti empieza en 1998 y, en 2005, llegó a las calles el Veyron
Bugatti no llega a Volkswagen hasta 1998. Bajo la batuta del grupo alemán se presentan una serie de modelos conceptuales y en el año 2000 se presenta el estudio definitivo que nos adelanta al Bugatti Veyron, el Veyron 16.4 Study.
En 2001 llegaría la versión de producción del Bugatti Veyron, con un motor W16 de 8 litros de cubicaje que desarrolla una potencia de 1.001 caballos y 1.250 Nm. Por su potencia, por las cifras de velocidad máxima y aceleración que logra, por la carga tecnológica de la que hace gala se sitúa en lo más alto del automovilismo. Su producción arranca en 2005, volviendo de nuevo, a un nuevo enclave, en Molsheim.
Numerosas ediciones especiales del Veyron se suceden durante los siguientes años y en 2010 registra el récord de velocidad para un coche de producción con 431 km/h, lo que le sirvió a la maca para lanzar el Veyron 16.4 Super Sport, con 1.200 CV y 1.500 Nm.
En 2012 llega el Veyron Grand Sport Vitesse, el descapotable de producción más rápido del mundo, capaz de alcanzar descapotado 409 km/h, con 1.200 CV. En total se han fabricado 450 Veyron, 300 coupés y 150 con la carrocería descapotable.
El Bugatti Chiron es el encargado de sustituir al Veyron. Se presenta en 2016 desarrollado sobre un chasis monocasco de fibra de carbono y con una evolución del motor W16 de 8 litros de cubicaje, que ahora pasa a desarrollar 1.500 CV con un par de 1.600 Nm, alcanzando una velocidad máxima de 420 km/h (limitada) y pulverizando el 0 a 100 km/h en 2.5 segundos. Su producción está limitada a 500 unidades y su precio es de 2.4 millones de euros.
Stephan Winkelmann se hace cargo de Bugatti
En 2017, Stephan Winkelmann se convierte en nuevo Presidente de Bugatti. Después de su paso triunfante por Lamborghini, donde consiguó sacar a la marca de una situación tradicionalmente deficitaria para convertirla en una extremadamente rentable y tecnológica.
Con Winkelmann, el futuro de Bugatti está en explorar nuevas formas de «vender» coches como los Special Projects de Ferrari, acercándose al concepto del one-off y dejando a un lado las cifras absolutas de potencia y velocidad máxima para centrarse en la exclusividad.
El Bugatti Divo ha sido el primer proyecto de la era Winkelmann y en él es precísamente donde más y mejor se pueden entender cuáles son las nuevas directrices de Bugatti, creando coches cada vez más exclusivos donde el rendimiento es importante, pero no más que el diseño o la garantía de fabricar coches realmente únicos capaces de alcanzar precios estratosféricos.
Posteriormente llegó el Bugatti La Voiture Noire: un one-off que se convirtió en el coche más caro del mundo, alcanzando la cifra de 16,7 millones de euros.