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¿A qué se deben las marcas viales onduladas en esta recta de una carretera escocesa?

Al ver por primera vez esta imagen, de una carretera de la localidad de Arnprior, en Escocia, es probable que lo primero que pase por tu mente es que el que diseñó y/o trazó las líneas sobre el asfalto llevaba unas copas de whisky de más. Nada más lejos de la realidad. No se trata de un error sino una medida concebida, supuestamente, para mejorar la seguridad vial en este tramo, tal y como publicaba el Daily Record y recordaban en Gizmodo estos días. ¿Y cómo podría ayudar a la seguridad vial esta idea?

El objetivo de las marcas viales onduladas no es tampoco, como el que proponían en algunos comentarios en Menéame, el de acomodarse a la conducción de los conductores que circulasen con unas copas de más. De hecho, el objetivo de estas marcas es el de disuadir a los conductores de pisar con demasiado entusiasmo el pedal derecho.

La presencia de falsas curvas en un tramo perfectamente recto se basa en la teoría de que los conductores son más proclives a exceder los límites de velocidad en las rectas, y el mero hecho de tener que seguir la carretera en un tramo con curvas basta para disuadirles de excederse con el acelerador.

El problema que quisieron resolver, y aparentemente según algunos estudios resolverían, no es otro que el de los excesos de velocidad en tramos de carretera que atraviesan localidades. Esta carretera, que fue reasfaltada en 2013, tenía limitada su velocidad a 30 mph (48 km/h), y muy pocos conductores respetaban los límites de velocidad. En teoría, las marcas en curva, y el destacado rojo de los laterales, habría conseguido que los conductores redujeran la velocidad en este tramo, especialmente durante la noche, dado que en esas condiciones el efecto de las marcas es aún más disuasorio. La oposición no tardaría en criticar que se hubiera optado por una medida que muchos ciudadanos consideraron molesta, y que además requería una inversión superior a la de un marcado convencional.

El cumplimiento de los límites de velocidad en tramos que atraviesan pueblos es un problema muy serio, y no solo en Escocia. Porque los riesgos que plantean esos excesos de velocidad en tramos con peatones, al pie de la entrada de viviendas, y en lugares frecuentados, por ejemplo, por niños, o ancianos, son realmente importantes.

En España se impuso una solución que aún resulta más impopular, la de los resaltos. En diferentes países europeos, sobre todo Francia y Alemania, es muy común encontrarse con otro tipo de obstáculos, como aparcamientos, o pequeñas isletas con árboles y arbustos, que transforman estas rectas en un zig zag. Una solución, esta última, que tampoco es cómoda, aunque en la práctica sí es efectiva para reducir la velocidad de los conductores.

El método escocés fue considerado absurdo y una pérdida de dinero (Telegraph.co.uk). Quizás el problema sea que nunca llueve a gusto de todos. Pero entre un resalto y esta solución, si de verdad es efectiva, quizás no sea una idea tan absurda. ¿No crees?

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