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Nueva York te dará permiso para romper la luna de un coche ajeno para salvar a un animal en peligro

La irresponsabilidad de algunos conductores a veces no tiene límite. Cada año, nos sorprenden noticias realmente tristes, de animales o incluso bebés hospitalizados por un conductor que, accidentalmente o adrede, los dejó encerrados en su vehículo en un día de intenso frío o calor. Unas horas, o incluso unos minutos encerrado en un vehículo pueden ser más que suficientes para que un animal, por ejemplo, un perro, fallezca por hipertermia, también conocido más coloquialmente como golpe de calor. A menudo son los propios viandantes los que se encuentran con la escena de un animal sufriendo, en ocasiones moribundo, en el interior de un coche. Si se tratase de un bebé, nadie dudaría en romper las ventanas del coche para rescatarlo. Pero cuando el que está sufriendo es un perro, o cualquier otro animal, los espectadores aún dudan de la legalidad de romper las lunas de un coche. ¿Qué consecuencias legales tendrá para ellos? En Nueva York lo tienen muy claro, y aseguran habrá una ley que permitirá que cualquiera destroce las lunas de un coche para rescatar a este animal.

Nueva York quiere ofrecer cobertura legal a cualquiera, policía o no, que rompa las lunas de un coche para rescatar a un animal en peligro de muerte.

Según Buffalo News, los legisladores del estado de Nueva York han propuesto esta ley que pretende ofrecer una cobertura legal a cualquiera que rescate a un animal encerrado en un coche. Hasta ahora lo habitual era que, el viandante que se encontrase con una escena como esta, avisase a la policía y esperase a la llegada de los agentes.

Los propios fiscales del estado reconocen que, en una situación de peligro como esta y aunque no existiera una cobertura legal al respecto, nunca se habían planteado perseguir al espectador que destrozase las lunas de un automóvil para rescatar a un animal. En cualquier caso habría precedentes, como el de un veterano de la operación Tormenta del Desierto que habría sido denunciado por la propietaria de un perro que dejó abandonada a su mascota en un parking a pleno sol. Y aunque la propietaria también fuera denunciada por «maltrato animal», su demanda tuvo que prosperar en tanto la ley la amparaba.

Aún con la ley en la mano, la rotura de las lunas de un coche solo ha de llevarse a cabo cuando el animal esté en peligro mortal, como medida excepcional y extrema.

La ley propuesta establecerá que cualquiera, sea o no agente de la policía, «podrá tomar las medidas necesarias para abrir un vehículo aparcado en el exterior, para rescatar un perro, o cualquier otro animal, que esté en peligro por un intenso frío o calor«.

En cualquier caso hablaríamos de una medida excepcional y extrema, solo aplicable en casos en los que no exista otra solución posible y el desenlace sea fatal si la llegada de los agentes no se produce inmediatamente. El consejo de los profesionales sigue siendo llamar a la policía para que estos procedan al rescate. No solo por el hecho de evitar denuncias, sino sobre todo por ser una situación para la que un agente de policía se encuentra mejor preparado y habituado. La rotura de una luna de un coche para acceder a su interior puede producir heridas al viandante que proceda a ello, o al propio animal. Por otro lado, en su situación de desesperación siempre cabe la posibilidad de que el propio animal pueda atacarnos.

Lo curioso es que esta ley vaya a formalizarse antes incluso de que exista una ley similar para proceder al rescate de un bebé encerrado en un automóvil. Rescatar a un bebé también podría conllevar una denuncia al buen samaritano que lo haya rescatado rompiendo una luna. Imaginamos que cuando la vida de un pequeño está en peligro nadie en su sano juicio se planteará la repercusión legal de su decisión. Pero parece que el estado de Nueva York también procederá a sancionar una ley referente a esta situación que hace unos días le habría costado la vida a un bebé en Florida (Antena 3).

En España el abandono de un animal en un coche, con resultado de lesiones o muerte, es constitutivo de delito por «maltrato y abandono». Pero España tampoco dispone de una ley que permita a cualquiera destrozar las lunas de un coche ajeno para proceder al rescate.

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