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Mi coche gasta agua pero no se calienta, ¿qué le puede ocurrir?

El sistema de refrigeración es uno de los más básicos e importantes de nuestro coche. Su función es mantener una temperatura de trabajo adecuada, que evite desgastes prematuros, un consumo de combustible excesivo o incluso averías mucho más graves como un gripado del motor. Sin embargo, el mencionado sistema de refrigeración también es propenso a sufrir averías, como una pérdida de agua o anticongelante sin que suba la temperatura del motor.

 

Funcionamiento y elementos del sistema de refrigeración

La función principal del sistema de refrigeración de nuestro coche es mantener una temperatura adecuada de trabajo para el motor, ya que en el mismo, como consecuencia del propio proceso de combustión y de los rozamientos entre los diferentes elementos móviles, se llegan a alcanzar temperaturas extremadamente altas.

Audi Sq5 Tdi

Para conseguir ese objetivo se dispone un circuito hidráulico por donde circula un líquido llamado anticongelante o refrigerante. De una forma simplificada, podemos decir que por medio de una bomba (la bomba del agua, que es impulsada por cigüeñal del motor, aunque las más recientes suelen ser eléctricas) el anticongelante se hace circular por una serie de conductos en el bloque motor y la culata donde absorbe el calor del mismo y lo libera al ambiente en el radiador, el cual posee un electroventilador para ayudar a que se produzca el intercambio térmico con el aire que pasa a través de él.

Sin embargo, no siempre es beneficioso que se esté enfriando el motor, y es que en las fases de arranque, cuando está frío, lo que se desea es que gane temperatura de forma rápida. Para ello se emplea el termostato, un elemento que en su concepción más simple se puede entender como una “llave de paso” que deja pasar el anticongelante al motor o no.

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Adicionalmente nos encontramos con otros elementos, como con el vaso de expansión, el depósito donde se almacena el refrigerante y que no se debe abrir cuando el motor está caliente, pues este circuito trabaja a presión, así como uno o varios sensores de temperatura y/o presión y el radiador de la calefacción. Este radiador forma parte de una ramificación del circuito principal por donde circula el anticongelante caliente proveniente del propulsor para calentar el habitáculo.

Finalmente, cabe mencionar en coches híbridos enchufables (y también en los coches eléctricos) es frecuente encontrarse un circuito paralelo (normalmente independiente) para refrigerar las baterías y mantenerlas en la temperatura óptima de funcionamiento, en la cual el consumo energético será menor y su vida útil se prolonga.

 

Mi coche gasta agua y no se calienta: ¿qué avería tiene?

Una vez entendido el principio de funcionamiento del circuito de refrigeración es fácil poder intuir o identificar averías relacionadas con el mismo, como es el caso en el que “gasta agua y no se calienta”.

Uno de los motivos más comunes por el que baja el nivel del vaso de expansión sin causa aparente se debe a que en el sistema se ha alcanzado una sobrepresión y parte del mismo se ha expulsado como medida de seguridad. Esto puede darse en casos como cuando se rellena más de lo debido el anticongelante o cuando se conduce de forma sumamente agresiva de manera recurrente. Igualmente, también se da esta situación cuando la junta de estanqueidad del tapón del vaso de expansión está deteriorada.

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La otra gran causa por la que un coche gasta agua sin consecuencias aparentes radica en una pequeña fuga en el circuito de refrigeración, casi inapreciable y que no deja rastro en el suelo donde aparcamos nuestro coche (muchas veces debido a los generosos cubrecárteres que poseen). Con frecuencia estas fugas se localizan en la junta de la bomba del agua con el bloque motor, o en la del termostato, y también en los tapones de expansión del motor.

Los tapones de expansión son, como su propio nombre indica, unos tapones de goma que cierran unos orificios en el bloque motor y cuya misión principal es absorber el aumento de volumen que tendría lugar en casos extremos en los que el anticongelante se solidificase para así no dañar el bloque.

 

Otras averías relacionadas con el sistema de refrigeración

Pero aquí no acaba la cosa, y es que aún pueden darse más averías en el sistema de refrigeración. Uno de los casos más engorrosos se da cuando existe una fuga en el radiador de la calefacción, el cual suele situarse tras el salpicadero del vehículo, y cuya reparación pasa por desmontar el mismo, lo que se traduce en una cantidad importe de horas en mano de obra. Los síntomas más comunes de este problema son una calefacción que no funciona adecuadamente y la presencia de agua o humedad en la zona de los pies de las plazas delanteras, sobre todo en el lado del conductor.

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Pero quizá el mayor sobresalto lo tangamos cuando abrimos el vaso de expansión y observamos una mezcla acetosa, y en algunas ocasiones con un aspecto similar al de la mahonesa. En muchos casos de debe a una avería en la junta de culata, máxime se observamos como sube la temperatura de nuestro coche, pero en caso de no calentarse es posible que ese aceite provenga de otro circuito que no sea el del motor.

En coches con cambio automático existe un pequeño circuito con su propio radiador por donde circula el aceite del cambio, conocido como ATF, para así poder refrigerarlo. El problema viene cuando tanto el radiador del agua como el del cambio están colocados uno junto al otro, y por diferentes razones, se acaban comunicando uno con otro, permitiendo así esa mezcla de AFT y anticongelante, y que también debería manifestarse con un funcionamiento más torpe del propio cambio automático.

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