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El Chili Bowl, la distracción rápida de enero antes de que empiece NASCAR

La pretemporada se hace larga para algunos aficionados, con el clima adverso afectando a la configuración de la vida en varios aspectos del fan medio del automovilismo. El grueso de campeonatos se disputa entre abril y octubre, dejando unos pocos certámenes previos en febrero y marzo y aún menos finalizando en noviembre e incluso diciembre, moda a la que se ha apuntado la Fórmula 1. Enero se torna en un mes desértico, lleno de tedio y con pocas iluminaciones sobre los asfaltos internacionales más allá de las 24 horas de Dubai y Daytona. Pero siempre queda un evento loco multitudinario, que atrae a distintas personalidades en Estados Unidos.

Ese acontecimiento particular es el Chili Bowl, el gran evento de midgets en el país y que toma su nombre de los «bowl games» que el fútbol americano suele ofrecer en invierno (incluyendo la propia Super Bowl). El Chili Bowl empezó a disputarse en 1987 y siempre ha tenido lugar en el Centro de Exposiciones de Tulsa, la segunda ciudad más grande del céntrico estado de Oklahoma. Se disputa bajo cubierto, sin riesgo de verse afectada por el frío o la nieve y permite a los aficionados acercarse a un mismo escenario dónde ver toda la acción.

La pista ovalada de un cuarto de milla se cubre de tierra y se limpia de forma constante debido a la rápida expulsión que generan los coches. 15000 personas llenan las gradas en un evento aún más ampliado, que en 2019 vio carreras en lunes por primera vez. Hasta 90 pequeñas carreras tienen lugar entre el lunes y el viernes, con el verdadero orden establecido en las heats del sábado entre los más de 360 pilotos inscritos. El midget no tiene un peso mínimo y los vehículos de entre 350 y 400 caballos doman el trazado de una cita que se vanagloria de sí misma hasta el punto que el community manager cuenta en Twitter los vuelcos de todo el evento.

Hay lugar para rostros habituales como demuestra la victoria de Christopher Bell sobre Kyle Larson, tercera consecutiva del junior de Toyota en Tulsa; Bell y Larson son dos pilotos activos en invierno y llegan a irse a Australia o a Nueva Zelanda para mantener la forma. Tony Stewart limpió la tierra entre mangas y amenizó el evento la presencia de otros conocidos de NASCAR como Ricky Stenhouse Jr., Alex Bowman, Kasey Kahne, Justin Allgaier, Chase Briscoe, Landon Cassill y J.J. Yeley, junto a pilotos menos célebres como Tanner Berryhill, Brad Sweet, Tanner Thorson y Rico Abreu (todos con experiencia en Xfinity o Trucks), el cinco veces ganador Sammy Swindell, Conor Daly, el ex Indy Lights Chad Boat o Karsyn Elledge, primer mujer en ganar una feature del Chili Bowl y sobrina de Dale Earnhardt Jr.

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