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Consumo alto en tu coche diésel: ¿qué lo provoca?

Si estás preocupado porque tu coche diésel consume ahora más que antes sin que exista un motivo aparente, quizá sea el momento de empezar a investigar qué le ocurre a tu coche. Antes de echarse las manos a la cabeza y pensar en averías del motor, el consumo elevado de gasóleo puede deberse a muchos factores, por ello es importante saber reconocer qué problemas pueden disparar el consumo de tu coche diésel y cómo prevenirlos.

Filtro Aire Motor 0319 01

Filtros y mantenimiento del motor

El primer paso, y el más sencillo y lógico, es saber cómo está nuestro motor en tanto a mantenimiento. Filtros sucios y revisiones descuidadas son caldo de cultivo para comportamientos anómalos del vehículo, cuando no costosas y complejas averías. Por ello lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que el motor cuenta con unos filtros en buen estado, que respira bien con un filtro de aire para el motor limpio, que se alimenta bien gracias a un gasoil libre de impurezas gracias a un filtro de combustible en buen estado, y que está correctamente lubricado con un aceite acorde a las exigencias del fabricante, con un nivel de lubricante dentro de sus valores (así es como debes revisar el nivel de aceite) y con un filtro de aceite en condiciones para retener toda la suciedad que va atrapando el aceite.

Inyectores, EGR, FAP…

Si realizadas las tareas de mantenimiento básico seguimos detectando un consumo anómalo, tocará investigar más en profundidad, especialmente si nuestra conducción es principalmente urbana y/o tenemos la «manía» de circular de forma habitual a muy bajas vueltas. Unos inyectores sucios son sinónimo de falta de potencia y aumento del consumo por culpa de una combustión poco eficiente motivada por la pobre pulverización del gasóleo de esos inyectores cegados. Los depósitos que se acumulan en los orificios de los inyectores provocan que estos se vayan obstruyendo y que dificulten la atomización del gasóleo en las cámaras.

Fap Sucio

Además, los sistemas anticontaminación son claros focos de avería y elevación del consumo cuando no trabajan de forma correcta. Una EGR averiada o cegada puede provocar el paso constante de gases de escape a las cámaras de combustión, lo que obstruye el paso de aire limpio y con ello una clara bajada del rendimiento. También el FAP puede ser causante de un consumo más elevado, pues si éste se avería por culpa de regeneraciones fallidas, al final se convertirá en un tapón que dificultará el trabajo del motor. También tenemos que tener en cuenta que la regeneración del filtro antipartículas implica un gasto extra de combustible, por lo que si no dejamos que el FAP finalice el proceso de regeneración, éste se repetirá tantas veces sea necesario.

Sensores: el temido caudalímetro

Los sensores de un motor son a menudo los grandes olvidados cuando aparecen problemas o averías como un consumo elevado de combustible. Teniendo en cuenta que un motor diésel ha de conocer de forma exacta cuánta cantidad de gasóleo y aire entra en sus cámaras, parece lógico pensar que un fallo en estos sensores provoque un funcionamiento anómalo. Uno de los sensores más importantes del motor es por tanto el caudalímetro, un sensor que se encarga de medir la cantidad de aire aspirada por el propulsor para así regular la cantidad de combustible que debe inyectar. Cualquier fallo de lectura implica que el motor trabaje de forma inadecuada. Además esta información se ve complementada con valores de temperatura o presión, variables que pueden afectar muy negativamente al trabajo del propulsor si no son lecturas correctas. Estas averías también afectan de forma negativa al trabajo del turbocompresor, llevando a activar el temido modo avería o limp mode donde el motor se autoprotege limitando su rendimiento.

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Otros factores que también influyen

Pero no solo la mecánica influye en el consumo de combustible de un coche. Además de todas las posibles causas o averías que pueden elevar el consumo de gasóleo, debemos tener en cuentra otros factores que también afectan de forma muy negativa. Hablamos por ejemplo del uso de una presión inadecuada en nuestras ruedas, de una aerodinámica comprometida por la instalación o eleminación de algún elemento, de consumos eléctricos muy elevados por culpa de instalaciones adicionales como equipos multimedia o iluminación, de un sistema de refrigeración al que la falla el termostato y hace que circulemos siempre con el motor frío o de una climatización averiada que mantiene conectado permanentemente el compresor del aire acondicionado.

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