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APEX regresa: carreras ilegales de coches, de costa a costa, en Estados Unidos (vídeo)

El universo de Fast and Furious, y películas como Need for Speed, nos ha trasladado a un mundo de carreras ilegales con coches preparados, no siempre con demasiado buen gusto, apuestas, persecuciones ilegales y accidentes de tráfico. Pero cada año son muchos los que afrontan una carrera bien diferente, en solitario, evitando llamar la atención. Una carrera para batir un récord, para cruzar América «de lado a lado, tan rápido como les sea posible», tal y como describe APEX: The Secret Race Across America. Recorrer más de 2.800 millas, de 4.500 kilómetros, en unas 29 horas supone hacer medias cercanas a los 160 km/h, contando con los descansos – si es que los hay – y, sobre todo, con las paradas para repostar. Una locura a la que cada año, lo creas o no, se enfrentan varios conductores.

APEX: The Secret Race Across America

En 2016, APEX: The Story of the Hypercar, nos presentaba la impresionante historia de Koenigsegg, la visión de un genio como Christian von Koenigsegg, y la pasión que se esconde detrás de sus hiperdeportivos.

En esta ocasión, este documental regresa con APEX: The Secret Race Across America, cambiando por completo de registro e introduciéndose, de alguna forma, en los bajos fondos. Con una historia menos idílica, pero no por ello menos interesante. Con la historia de aquellos que se propusieron batir el récord y ser los más rápidos cruzando los Estados Unidos de costa a costa.

La primera entrega de APEX nos narró la historia de Koenigsegg, la segunda nos narrará la historia de una de las carreras ilegales más conocidas de los Estados Unidos

Una carrera de coches ilegal y relativamente discreta

Como os decíamos, se tiene constancia de conductores que aseguran haber recorrido los más de 4.500 kilómetros de carretera que unen ambas costas en menos de 29 horas. Especialmente conocido es el caso de Alex Roy, que en 2006 aseguraba haber batido el récord a los mandos de su BMW M5. El propio Alex Roy, que jugará cierto papel en esta segunda entrega de APEX, reconocía que cada año llegan a sus oídos varios intentos de conductores que se proponen batir su récord. Conductores que para lograr la hazaña han llegado en algunos casos incluso a modificar su coche, eliminando los asientos traseros, e instalando depósitos de combustible adicionales para no tener que parar en más de 1.000 kilómetros. Ver noticia en Jalopnik.

La historia de Alex Roy y de la carrera se ha plasmado en otros documentales, como The Driver: My Dangerous Pursuit of Speed y 32 Hours 7 minutes: A True Story… An Outlaw Race… An American Legend. (IMDB).

Para recorrer los Estados Unidos de costa a costa, más de 4.500 kilómetros, en menos de 29 horas, tienes que hacer una velocidad media alrededor de los 160 km/h, contando paradas de descanso, si es que las hay, y paradas técnicas y repostajes

Tráiler de APEX: The Story of the Hypercar.

La historia del récord transcontinental en Estados Unidos

Sin extendernos demasiado, solo hablaremos de los precedentes de esta carrera ilegal. En los años setenta se celebraron varias ediciones de la Cannonball Baker, más conocida como la Cannonball Run. Esta carrera ilegal transcurría entre New York y California, como una oda al espíritu competitivo de los conductores, una celebración del sistema de carreteras estadounidense, y una manifestación en contra de las normas de tráfico. La presión del FBI hizo que en 1979 se celebrara la última prueba de un evento que, lógicamente, comprometía la seguridad de las carreteras.

A pesar de que la Cannonball Run dejara de celebrarse oficialmente, son muchos los que intentaron realizar esa prueba en solitario, y batir el tiempo de 32 horas y 51 minutos que batió el más rápido en 1979.

APEX: The Secret Race Across America nos dejará, sin duda, una historia sorprendente y seguro que interesante para cualquiera que sienta cierta pasión por el mundo de las cuatro ruedas. No obstante, queda ver cómo sus creadores han sabido lidiar con un tema polémico, que al contar una buena historia no se cometa el error de glorificar lo que son, en definitiva, actos ilegales, temerarios y muy peligrosos.

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