Todos tenemos más o menos claro que la Unión Europea tiene un serio problema con la regulación. Mientras Estados Unidos y China innovan, la UE regula. Y eso, en el mundo actual, puede salir muy caro. El director ejecutivo de Bosch, una de las empresas punteras de Europa, ha advertido sobre los peligros de una excesiva regulación con la inteligencia artificial (IA) y el enorme riesgo que supone para el futuro.
Stefan Hartung, el CEO de la compañía alemana, advirtió que Europa está poniendo en riesgo su progreso en inteligencia artificial y puede quedar muy atrasada respecto a otras partes del mundo por culpa de una regulación excesiva.
En una conferencia que la compañía alemana celebró recientemente en Stuttgart, Hartung aseguró que Europa está «retrasando innecesariamente su futuro» en materia de IA debido a una combinación de burocracia excesiva y requisitos estrictos pero al mismo tiempo vagos. Esto hace que Europa sea menos atractiva para innovar y atraer inversión en comparación con otros lugares.
Según Hartung, los legisladores de la UE deberían limitarse a establecer un marco que cubra solo los puntos más importantes. De lo contrario, «nos autorregularemos hasta la muerte», advertía el directivo alemán. «Estamos intentando regular en contra del progreso tecnológico».

Stefan Hartung, CEO de Bosch, es Doctor en Ingeniería Mecánica especializado en tecnología de fabricación.
La empresa con más patentes de IA en Europa
Bosch es una de las empresas más punteras de Europa y sus tentáculos alcanzan muchos sectores industriales, desde tecnología de construcción hasta productos para el hogar, pasando por energías renovables y equipos industriales. También es el mayor proveedor de componentes para la industria del automóvil y eso, irremediablemente, necesitará de mucha IA en los próximos años.
Bosch es titular de la mayoría de las patentes de IA que se presentan en Europa actualmente. Solamente en el campo de la IA, la compañía planea invertir 2.500 millones de euros adicionales de aquí a finales de 2027.
¿Para qué sirve la IA en la industria del automóvil?
La IA ya está presente en cualquier ámbito, pero si nos centramos sólo en la industria del automóvil veremos que tiene muchísimas aplicaciones -y seguramente cada vez irá a más-. A la inteligencia artificial se le da más bombo cuando se utiliza en el producto final (el coche), por ejemplo con un reconocimiento de voz más avanzado, pero lo verdaderamente importante está antes.
La inteligencia artificial resulta fundamental en el proceso de desarrollo y diseño del coche. Gracias a la IA se puede predecir mejor el comportamiento de los materiales, su desgaste a largo plazo o mejorar el complejo estudio de la aerodinámica. Las simulaciones basadas en IA permiten acelerar el proceso de diseño, reduciendo costes y la necesidad de tantos prototipos físicos.
En el caso de los coches eléctricos, la IA ayuda a mejorar la eficiencia de las baterías con modelos predictivos que optimizan la carga y descarga, mejoran el rendimiento de las celdas y prolongan la vida útil de las baterías. También sirve a los fabricantes para realizar simulaciones avanzadas que permitan conocer mejor la degradación de las baterías a largo plazo. Por supuesto, también es fundamental para mejorar los sistemas de asistencia al conductor (ADAS).
Pero todavía hay mucho más. La IA sirve para optimizar las cadenas de suministro, ajustando la producción en función de la demanda en tiempo real. También ayuda a realizar el llamado mantenimiento predictivo en las fábricas, prediciendo fallos en los equipos antes de que ocurran. Esto reduce al mínimo los tiempos de inactividad y reduce los costes en comparación con el mantenimiento preventivo tradicional.
También sirve para optimizar la automatización en la fabricación y mejorar los controles de calidad. Con la IA, los sistemas aprenden continuamente de los datos obtenidos por los sensores y cámaras, con lo cual cada vez es mejor detectando posibles fallos invisibles al ojo humano, desde una microfisura en una pieza metálica hasta un problema en la pintura.