La negativa de un concesionario multimarca a construir unas instalaciones exclusivas para Porsche ha desencadenado una batalla legal histórica y multimillonaria.
Si alguna vez has pasado por delante de un Centro Porsche -como se denominan oficialmente los concesionarios de la marca-, debes saber que es muy parecido a la mayoría de Centros Porsche en el mundo. Está hecho adrede, buscando una coherencia de imagen de marca.
Porsche exige a los propietarios de las concesiones que tengan las instalaciones con una imagen determinada, pero el propietario de «The Collection», un multimarca de Miami especializado en marcas de lujo, se negó a tener unas instalaciones independientes y dedicadas exclusivamente a Porsche. Lo que vino después fue una batalla entre ambas partes que dura ya tres años y que podría alcanzar los 300 millones de dólares, unos 260 millones de euros al cambio.
El concesionario pide 100 millones de dólares en daños y perjuicios, que según la ley de Florida se triplicarían automáticamente a 300 millones de dólares en caso de que la justicia acabe dándole la razón.
A diferencia de Porsche, ninguna de las otras marcas que vende The Collection, entre las que se incluyen Ferrari, Aston Martin y McLaren, ha solicitado nunca instalaciones exclusivas. Por eso, la gerencia de The Collection se negó a tener ese trato de favor con Porsche y, según la versión del concesionario, la marca alemana tomó represalias.
Tras negarse a tener unas dependencias en exclusiva para Porsche, la marca alemana supuesta tomó represalias restringiendo la cantidad de coches que enviaba a The Collection, perjudicando gravemente sus ventas. Esto, a su vez, tiene otra consecuencia y es que le impidió vender coches más especiales y caros.
El concesionario lo describe como una «represalia calculada». Tras negarse a cumplir, The Collection alega que Porsche comenzó a disminuir los llamados vehículos de reserva, el inventario que incluye vehículos de prueba y modelos muy demandados. El concesionario, que ocupaba el tercer puesto entre todos los concesionarios Porsche de Estados Unidos en 2018, cayó al puesto 32 a mediados de 2022.
En la demanda se detalla cómo funciona el sistema de asignación de Porsche y cómo agrava el daño en este caso. Los vehículos de reserva suelen representar alrededor del 20% del inventario, que no es mucho a priori, pero desempeñan un papel fundamental en el sistema de rotación de inventario. Con este método, los concesionarios reciben asignaciones futuras en función de su volumen de ventas del año anterior sobre el total de las ventas nacionales. Es decir, si un concesionario vende muchos coches, Porsche le asigna un mayor número de modelos GT, RS, etcétera, que además de dar prestigio, dejan mucho más margen al concesionario.
Con menos vehículos de reserva, las ventas de The Collection disminuyeron, lo que provocó una reducción en las asignaciones al año siguiente, y así durante varios años en un efecto dominó. Porsche sostiene que la asignación de vehículos de reserva es discrecional y está vinculada a los estándares de promoción de la marca.
La demanda alega que Porsche también prestó mayor atención a los concesionarios dispuestos a cobrar altos recargos adicionales que a aquellos que no lo estaban. En Estados Unidos es habitual que los concesionarios cobren mucho más del PVP por los modelos más deseados, un ejemplo perfecto de oferta y demanda. Así, el cliente estadounidense que quiere un 911 GT3 RS puede acabar pagando 40.000, 60.000, 80.000… dólares «extra» sobre el PVP, y todo esto en un concesionario oficial.
Fotos del Porsche 911 GT3 RS
