Podríamos llamarlo algo así como «Fiebre Ferrari». Compras un Ferrari bastante especial, lo recibes tras muchos meses de espera y sin apenas conducirlo, decides venderlo. Te ofrecen el doble de lo que costó, pero rechazas el dinero. Parece una historia de amor por los coches con final feliz, pero tristemente es una historia de codicia.
No pasa algo parecido con ninguna otra marca. Pero con los coches del cavallino, y especialmente con los Ferrari más especiales, hay una excitación que escapa de lo racional, impulsada por el deseo de tener algo exclusivo y con una potencial rentabilidad enorme. Y también por el dinero. Sólo así se explica que el protagonista que nos ocupa haya rechazado casi 1,5 millones de euros por su coche.
Nuestro protagonista es un Ferrari 812 Competizione. Para entenderlo rápidamente, es el 812 Superfast después de ir al gimnasio, hacer dieta y tomar suplementos. Los suplementos en este caso son bielas de titanio, un cigüeñal más ligero y una culata revisada que elevan la potencia del V12 hasta los 830 CV. El motor atmosférico más potente creado jamás por Ferrari (para un coche de calle).






La dieta, a base de mucha fibra de carbono, consigue perder 38 kg respecto al 812 Superfast, y lleva también pinzas de freno con conductos de refrigeración integrados y una aerodinámica más agresiva en general. Además de una producción limitada a 999 unidades para hacerlo más exclusivo.
A todo eso, hay que añadir otra cosa muy importante. La unidad concreta de la que hablamos tiene personalización Tailor Made, el exclusivo programa que Ferrari ofrece sólo a sus mejores clientes y que permite configurar el coche hasta el último detalle.
Esta unidad concreta va pintada en color Nerotto Lucido con rayas en Bianco Sanae combinado con un interior en azul Blu Jeans y Alcantara de color negro. La lista de opciones es bastante larga. Con todo, esta unidad costó 820.000 dólares, unos 720.000 euros al cambio actual.
Es muy difícil conseguir un Ferrari de este tipo a través de la propia Ferrari, pero una vez lo consiguió su dueño decidió venderlo en una subasta. Ni siquiera dedicó mucho tiempo a conducirlo, apenas tenía 96 km en el contador. El mejor postor ofreció 1.615.000 dólares, el doble de lo que costó nuevo, pero el vendedor rechazó la oferta. Una decisión arriesgada en el cambiante mercado actual, pero probablemente acertada a medio-largo plazo.
Teniendo en cuenta que el coche apenas tenía 96 kilómetros cuando lo pusieron a la venta, parece que la idea del propietario siempre fue especular con él. Es triste, pero es una realidad con los Ferraris más especiales. Solamente un puñado de propietarios compran estos coches para disfrutarlos conduciendo; la mayoría se utilizan como inversión.
Conseguir una rentabilidad del 100% nada más salir del concesionario le pareció insuficiente al propietario de este 812 Competizione, seguramente porque cree que puede conseguir más en el futuro. Y probablemente lo hará. No tiene una configuración especialmente bonita (esto es una opinión puramente personal del que escribe), pero tiene todos los ingredientes para ser un Ferrari cuya cotización sólo suba y suba en el futuro.
Imágenes Ferrari 812 Competizione Coupé





