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El maravilloso motor rotativo de Mercedes que pudo cambiar la historia del automóvil

El motor rotativo se ha convertido, por méritos propios, en objeto de fascinación y deseo para los amantes del mundo del automóvil y de la ingeniería, y la técnica, por igual. Sinónimo de tecnología, prestaciones, sensaciones, y protagonista de grandes historias que merece la pena recordar.

Hablar de motores rotativos implica, necesariamente, hablar de Mazda, el único fabricante que realmente ha conseguido sacar adelante un proyecto de desarrollo y comercialización de automóviles con motores rotativos, mantenerlo en el tiempo, a lo largo de diferentes generaciones de producto y épocas, e incluso lograr que esta mecánica ostente hoy un lugar privilegiado en la historia del automovilismo. Incluso en un momento como este, en los tiempos de la electrificación, Mazda ha sido capaz de volver a comercializar un coche con motor rotativo, eso sí, como extensor de autonomía en un eléctrico.

Pero el motor rotativo también nos lleva a otros muchos apasionantes proyectos, de fabricantes como Mercedes-Benz que, de haberse materializado, bien podrían haber transformado la historia del automóvil que conocemos.

El motor rotativo está inexorablemente asociado a Mazda, pero marcas como Mercedes-Benz también se propusieron su empleo, en diferentes proyectos que de haber transcurrido de otra forma podrían haber cambiado la historia del automóvil

La saga de vehículos experimentales Mercedes C-111

El proyecto de motores rotativos de Mercedes

El lector más avezado probablemente recuerde el proyecto más conocido en el que Mercedes-Benz trabajó el desarrollo de motores rotativos, el de los vehículos experimentales C-111. Mercedes desarrolló un laboratorio de pruebas rodante o, mejor dicho, varios prototipos que servían como banco de pruebas para desarrollar diversas tecnologías y, por el camino, batir diferentes récords.

Los Mercedes C-111 sirvieron para probar motores rotativos de tres y cuatro rotores, motores sobrealimentados diésel y gasolina e incluso un diésel capaz de superar los 300 km/h.

A finales de los años sesenta, Mercedes-Benz desarrolló un laboratorio sobre ruedas en el que investigó las posibilidades del motor rotativo

Boceto de diciembre de 1968 que vislumbra cómo debería ser un superdeportivo Mercedes con motor rotativo

Imaginando un superdeportivo Mercedes con motor rotativo

Lo que tal vez sea menos conocido es que Mercedes-Benz comenzó a valorar la idea del motor rotativo, como otros fabricantes, mucho antes, en un momento en el que la industria se estaba debatiendo al respecto de las ventajas y los inconvenientes al respecto del motor de Felix Wankel.

En 1961, Mercedes se hacía con los derechos de su uso, y no solo se había propuesto analizar la viabilidad, técnica y económica, del motor rotativo, sino también qué coche o coches serían los más adecuados para emplear un motor de estas características. Y como resultado de aquellas pruebas y de aquellas deliberaciones surgiría el diseño de un Mercedes C-101, un superdeportivo del que únicamente se construiría una mula sobre la que se realizarían diferentes pruebas a finales de 1969.

Definitivamente, el Mercedes que mejor hubiera aprovechado el motor rotativo hubiera sido un superdeportivo, muy en la línea de la saga de laboratorios sobre ruedas C-111.

Mercedes comenzó a considerar el motor rotativo a comienzos de la década de los sesenta

Mercedes Sl W 113Mercedes SL W 113

La no tan descabellada idea de un SL rotativo

Tampoco es tan conocido que Mercedes-Benz también estuvo probando desde los años sesenta, y en paralelo con el desarrollo de los C-111, varias mulas del Mercedes SL con motor rotativo, primero sobre la generación W 113, y ya en los años setenta sobre el R 107. Aunque el W 113 ni mucho menos había sido concebido para emplear un motor rotativo, Mercedes-Benz estuvo probando una mula del W 113 con un motor rotativo de tres rotores y el nombre en clave W 33-29.

Según nos cuenta Mercedes, aquel motor entregaba 203 CV de potencia a 5.600 rpm y consiguió recorrer alrededor de 69.000 kilómetros entre el 18 de junio y el 23 de octubre de 1968, alcanzando una máxima de 205 km/h, 10 km/h más que el 280 SL más rápido en aquellos momentos.

Mercedes-Benz también estuvo probando diversas mulas del SL W 113 y R 107 con motor rotativo

Mercedes SL R 107

La posibilidad de un SL rotativo estuvo presente

Pero lo más impresionante no es que Mercedes-Benz desarrollara una saga de prototipos con motores rotativos, ni tampoco que trabajara con mulas del W 113 con motor rotativo. Mercedes-Benz se planteó muy seriamente la posibilidad de incorporar un motor rotativo en el Mercedes SL R 107. De hecho, el proyecto de desarrollo del R 107 transcurrió dejando abierta la posibilidad de incorporar un motor rotativo.

Inicialmente no existía ninguna intención de instalar motores rotativos en los SL W 113. Bien diferente es el caso de su sucesor, el SL R 107, que llegó al mercado en 1971. Desde el principio, su transmisión y el propio túnel de la transmisión estaban diseñados para acomodar un motor rotativo y adecuarse a la posición de su eje de cigüeñal

Tras dos meses y cuatro días de trabajo, Mercedes-Benz creó una mula de pruebas del R 107 con motor rotativo de cuatro rotores en 1971, que sería conocida internamente como 48-33. Aquel SL con motor rotativo entregaba nada más y nada menos que 277 CV de potencia.

En sus requisitos de diseño, Mercedes-Benz desarrolló un R 107 que técnicamente estaba adaptado para acoger un motor rotativo

El Mercedes SL de Felix Wankel

Mercedes-Benz reconoce que ninguna de aquellas mulas de pruebas del SL con motor rotativo se han conservado hasta nuestros días. Pero sí recuerda que aún debería existir un Mercedes SL R 107 con motor rotativo, el del propio Felix Wankel.

Según apunta Mercedes-Benz, durante el desarrollo del motor rotativo de Mercedes, Felix Wankel contactó con el responsable de desarrollo de la marca de la estrella, Hans Scherenberg, y le encargó la instalación de un motor de cuatro rotores en su nuevo y flamante SL R 107. La publicación alemana Auto Motor Und Sport elaboraría un reportaje en noviembre de 1979 en cuya prueba certificaron un 0 a 200 km/h de 25,9 segundos y una velocidad máxima de 240 km/h.

El propio Felix Wankel encargó al responsable de desarrollo de Mercedes-Benz la instalación en su nuevo y flamante R 107 de un motor rotativo de cuatro rotores

Como otros proyectos de motor rotativo, el de Mercedes no salió adelante

Así las cosas, la posibilidad de que Mercedes-Benz hubiera producido deportivos con motor rotativo estuvo en el aire, mucho más cerca de lo que este servidor podría haberse imaginado. Pero el desenlace de esta historia ya lo sabemos y la razón por la cual Mercedes-Benz no llegó nunca a producir un SL R 107 con motor rotativo podemos imaginarla.

El equipo Hans Scherenberg constató las bondades del motor rotativo, pero también sus inconvenientes, incluyendo un consumo estimado un 50% superior a un motor de cilindros en uve equivalente. El contexto también es importante. El desarrollo de los rotativos de Mercedes-Benz coincidió en el tiempo con la primera crisis del petróleo y un tiempo de transformación de los paradigmas que durante tanto tiempo dirigieron el porvenir de la industria del automóvil.

De manera que, a comienzos de 1976, Mercedes-Benz decidió finalizar su proyecto de desarrollo de motores rotativos.

Más imágenes del motor rotativo de Mercedes:

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