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¿Porsche está reinventando el turbocompresor para mantener vivos los motores de gasolina?

Porsche se hizo un nombre en la industria del motor con sus motores Boxer atmosféricos, pero, hoy en día, si echamos un vistazo a su gama casi todos sus modelos tienen un turbo en sus propulsores para poder mantener el equilibrio entre rendimiento y eficiencia. ¿Y si los de Sttutgart pudieran reinventar el turbocompresor para mantener vivos los motores de gasolina?

Porsche, como otras tantas marcas, adoptó la tecnología de la turboalimentación y ahora, incluso, podría revolucionar el concepto. Los compañeros de CarBuzz han descubierto una de sus últimas patentes y ésta revela que el fabricante alemán ha encontrado una manera de hacer que el turbo sea mucho más potente y eficiente.

Porsche Turbo 02

El turbo tradicional

En el sistema turboalimentado tradicional, el turbo está conectado al compresor. Cuanto más grande es el primero, más retraso experimenta: el turbo funcionará de manera más eficiente a altas revoluciones… pero no a bajas revoluciones. Esta es la razón por la que muchas marcas se han decantado por un turbo doble.

¿Qué pasaría si pudiéramos tener un compresor más grande para introducir más aire al motor sin perder eficiencia a bajas revoluciones? Esta es la clave en la que está trabajando Porsche. La marca alemana propone separar el compresor del turbo: su idea contempla un par de turbinas que están asociadas a una válvula de derivación del aire, que se puede cerrar a bajas revoluciones para maximizar la extracción de los gases de escape.

Porsche Turbo 04

Un motor eléctrico

Cuando estas turbinas giran, alimentan a un generador que, a su vez, proporciona energía a un motor eléctrico y éste acciona el compresor: esto une el concepto de un turbo eléctrico con la configuración de uno doble combinando el mayor rendimiento de un único turbo con la eficiencia y la respuesta de dos turbos más pequeños.

Como el compresor se pone en marcha gracias a un motor eléctrico, la entrega de potencia puede ser instantánea reduciendo el ‘lag’ y, cuando se encuentra a revoluciones más altas, la válvula de derivación (que funciona como una de descarga externa) situada en las dos turbinas se puede abrir para mejorar la economía del motor y reducir el estrés durante la conducción.

La propuesta de Porsche se traduciría en más potencia y mejor eficiencia… aunque implicaría mayor complejidad. Si la marca logra hacerlo realidad sin que se disparen los costes y a esto unimos los combustibles sintéticos que también están desarrollando, podríamos tener la clave para mantener encendida la llama de la combustión interna.

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