Os voy a ser muy sinceros. Los diseños de coches que BMW nos ha dado durante los últimos 5 años, en mi opinión personal, han sido absolutamente catastróficos. Las calandras han crecido hasta el punto de lo cómico (hola, BMW Serie 7), el BMW XM es la furgoneta del Equipo A de un universo alternativo cyberpunk e incluso coches tan consolidados como el BMW M3 o M4 han polarizado como nunca a la opinión pública a raíz de su diseño.
Este artículo de opinión no culpa a Adrian van Hooydonk del rumbo que han tomado el diseño de sus coches. Es más, BMW se encuentra en un momento muy dulce a nivel comercial – no sabría decirte si es gracias a sus diseños o a pesar de ellos, pero siguen teniendo el beneplácito del gran público. Sin embargo, el petrolhead que ama la historia de la marca – que sitúa los años noventa como la era dorada de sus diseños y que sueña con tener un M3 E46 en su garaje – se ha sentido profundamente traicionado durante los últimos años.
Tranquilo, me incluyo en esa definición.
No vamos a hablar del peso de sus coches, de la digitalización de sus interiores o de sus motores, pero quiero romper una lanza a favor de BMW. Y la rompo porque creo que la Neue «Neue Klasse» es un paso en la dirección correcta. Nacida de la mano del bielorruso Alexei Kezhy, nuevo director de diseño de la marca, es un claro guiño a los Neue Klasse de los años sesenta. Coches como los 1602 o 2002, con sus riñones estrechos, sus faros redondos y rasgos de diseño que se habían convertido, hasta hace apenas unos años, en rasgos reconocibles para cualquier BMW.
El retorno de estos rasgos en el BMW iX3 es un soplo de aire fresco, y es la vuelta a diseños no tan agresivos y más elegantes, aunque adaptados al actual contexto de mercado. Aunque a muchos les ha parecido un coche feo, es un soplo de aire fresco y en mi opinión, una vuelta a la senda correcta. Una senda que haga honor a su historia, y no la caricaturice.
Además, ¿no le quedará fantástico al sucesor del BMW Serie 3? No sé si este es el rayo de esperanza que necesitan los amantes de la marca, pero en estos tiempos tendentes a la estandarización y al anonimato estético… es un soplo de aire fresco.
