ESPACIOS
Cerrar CERRAR
Reportajes

5 MIN

Examen y carné para bicicletas: reinventando la seguridad vial

En los últimos meses han surgido no pocos rumores que apuntaban a la posibilidad de que se exigiera algún tipo de licencia, de carné, para utilizar bicicletas, o incluso vehículos de movilidad personal. Nada de eso está en la hoja de ruta de la DGT, que ha tenido que desmentirlo en numerosas ocasiones. Lo que sí hemos visto ha sido cómo la DGT se hacía eco de algunas de las medidas que se llevan a cabo en otros países. Y ahí nos encontramos con experiencias tan interesantes como la de Países Bajos y el examen para la obtención del carné para bicicletas al que cada año se enfrenten sus escolares, que con doce años adquieren una formación muy valiosa, en el país europeo que más utiliza la bicicleta en sus desplazamientos.

Cada año, más de 200.000 alumnos de Países Bajos se enfrentan a un «examen de conducir» para bicicletas, una valiosa experiencia, no solo para utilizar uno de los medios de transporte más populares en el país

Examen y carné para bicicletas

Alrededor de 200.000 alumnos se someten cada primavera un examen, que consta de prueba teórica, pero también práctica, en el que deben demostrar sus conocimientos y su capacidad para utilizar una bicicleta de forma segura. El acierto de esta medida se basa, primero, en el hecho de incorporarse con naturalidad y paralelamente a la enseñanza obligatoria que se imparte en el país. Por otro lado, la bicicleta, que insistimos es un medio de transporte muy popular en Países Bajos, es también una excusa para adquirir lecciones de seguridad vial que, en última instancia, serán útiles independientemente del vehículo que utilicen los escolares en el futuro.

Así son los exámenes de bicicleta que se llevan a cabo en Países Bajos.

En las pruebas prácticas y teóricas, los escolares tienen que resolver preguntas, y enfrentarse a situaciones, en las que han de demostrar su conocimiento de la señalización, de las normas que atañen al uso de bicicletas, pero también otro tipo de vehículos con los que compartirán la calzada (ver exámenes tipo en la web de VVN.nl).

El examen incluye una parte teórica, y otra práctica, primando cómo afrontar situaciones que se darán en el día a día de los chavales en sus bicicletas, pero que también pueden aplicarse en el momento en que aprendan a conducir un coche

Tiene sentido formar a futuros ciclistas… y conductores

Examen Carne Bicicleta Puente Amsterdam

Más allá del uso tan extendido de la bicicleta que se hace en Países Bajos, y como venimos defendiendo desde hace tiempo, la seguridad vial debe aprenderse desde la base, desde la escuela. E independientemente de que los pequeños vayan a utilizar en el futuro, o no, la bicicleta como medio de transporte, incorporar este tipo de cursos en los programas de formación de la educación primaria siempre será una inversión valiosa.

En el caso de Países Bajos, los alumnos tienen varias oportunidades para aprobar el examen, después de haber superado la parte teórica del examen, y una prueba práctica que requiere recorrer 6 kilómetros en bicicleta. Tras superar el examen, los pequeños obtienen un diploma, que si bien no será obligatorio para utilizar la bicicleta, acredita su formación en seguridad vial y en el uso de este medio de transporte de dos ruedas.

Tras haber superado esta prueba, muchos alumnos acudirán a la escuela el siguiente curso en bicicleta, recorriendo de media 15 kilómetros diarios en sus desplazamientos.

El examen de bicicleta, una oportunidad para la DGT

Examen Carne Bicicleta Ciudad Volvo

Partimos de la base de que España, más allá del ciclismo deportivo, no tiene la tradición en el uso de la bicicleta como medio de transporte que sí tiene Países Bajos. Y es posible que nunca la vaya a tener. Ahora bien, hay dos factores fundamentales que deberían animar a la Dirección General de Tráfico a tomarse muy en serio el ejemplo de Países Bajos. El primero, que desde hace un tiempo la DGT se haya propuesto estudiar cualquier medida que mejore la seguridad de colectivos vulnerables, como los moteros y, por supuesto, los ciclistas. El segundo, cómo esta medida puede contribuir a mejorar la cultura alrededor de la seguridad vial desde la base, desde las escuelas.

Desde los colectivos ciclistas nunca ha estado bien visto que se propongan medidas como licencias para utilizar una bicicleta, matrícula, o casco, por desincentivar el uso de la bicicleta y por el posible afán recaudatorio que puede ir detrás. Ahora bien, facilitar el aprendizaje de la seguridad vial en los estudiantes, ya sea incorporando exámenes, o no, beneficia a todos y es una gran inversión de futuro.

Otra razón por la cual la DGT debería estar abierta a medidas de este tipo la encontramos en los planes que están ultimándose, con los que bonificarán con 4 puntos extra a los motoristas que se ofrezcan a participar en cursos de conducción. Apostar por medidas similares, con algún incentivo atractivo, para educar a los más jóvenes en seguridad vial, sería sin duda un gran paso adelante.