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Tecmovia

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BMW patenta su primer turbo eléctrico, ¿Por qué nadie más se atreve?

Se trata de un avance que clama la industria automovilística de manera exagerada y BMW parece haberse dado cuenta. No es que la inclusión de este elemento pueda revolucionar las mecánicas de manera colosal, pero su llegada supondría un gran balón de oxígeno para las labores de Downsizing. Existen prototipos, existe el interés, entonces… ¿Por qué no termina de desarrollarse esta tecnología? desvelamos algunos datos a continuación.

La evolución del turbocompresor ofrecería grandes beneficios, tanto en el rendimiento, como en el consumo

El turbocompresor posee un funcionamiento «teórico-práctico» muy sencillo: el aire de los gases de escape mueve una turbina, que mediante un eje a la que está conectada, hace girar de manera solidaria otra turbina que succiona los gases de admisión. Al aumentar la velocidad de los gases de escape, aumentamos la velocidad de succión, produciendo un vacío en la entrada de aire fresco y dando como salida un caudal de aire con una presión mayor a la atmosférica.

Después, puede que ya nos suene como sigue la cosa: a mayor volumen de aire/combustible introducido en el cilindro, obtendremos un rendimiento superior al que nos ofrecería una mezcla consistente en la aspiración atmosférica. E aquí el éxito de los turbocompresores en la historia reciente de la automoción.

Después de la teoría, vienen aspectos como temperaturas, lubricación, corrosión, oxidación, materiales, etc. Una serie de cuestiones que hacen de los turbocompresores unos elementos muy poco amigables si te los encuentras en una factura del taller. Y esto es así por la necesidad de unos gases de escape que sean capaces de mover los álabes del turbo, pero… ¡Eureka! ¿Y si sustituimos la complicada caracola de escape por un simple motor eléctrico?

Dos opciones que abarcan multitud de posibilidades y usos

Pues es aquí donde entran a jugar compañías como Controlled Power Technologies y BMW, como es el caso que nos ocupa. Los primeros diseñaron el turbo de manera que solo exista una zona de admisión y una zona de salida con aire a presión, así todo el movimiento lo ejercería un pequeño motor eléctrico. Sus problemas, la necesidad de potencia, que en electricidad se define como Intensidad por Voltaje, es decir, si tenemos una tensión que debe de ser de 12 voltios, si o si, la intensidad es la única variable con la que podemos jugar para obtener dignos resultados. Esto implica un alto consumo, una instalación proporcional, etc. Queda claro entonces, que necesitamos de un sistema eléctrico capaz de trabajar a mayor voltaje, cosa que hasta el momento, y con gran pesar, es poco más que una utopía.

Es así como nos topamos con BMW y este peculiar diseño de turbo eléctrico. De hecho, se trata de un complemento del turbo más que de un método de funcionamiento. En este diseño, desarrollado y patentado por los alemanes, han colocado un motor eléctrico conectado al eje de las turbinas de manera permanente. Así consiguen que el turbocompresor alcance su número de revoluciones óptimo sea cual sea el número de rpm del motor. Además añaden una segunda función, consistente en aprovechar la inercia que proporciona el movimiento del turbocompresor, para ser transformada en electricidad y así restar algo de trabajo al alternador.

El turbocompresor está llegando hasta a los considerados como «intocables»

Muchos ya sueñan con ver este nuevo impulso de BMW transformado en un integrante de la familia M. Sin embargo, yo apostaría claramente por la nueva generación de sistemas micro-híbridos y los futuros pequeños motores de 2 y 3 cilindros que nacerán fruto del acuerdo con PSA. Tan solo nos queda esperar a que alguna marca más se decida, y que intenten evolucionar campos como este que hemos tratado acerca de los turbocompresores.

Aún así, existen muchas vueltas de tuerca que se le pueden dar a la mecánica actual. Aspectos como la compresión variable, la posibilidad de funcionar en ciclo Otto y Diésel en el mismo motor y la combustión por compresión en gasolina… son solo algunos ejemplos de las posibilidades que quedan aún por explorar. Aunque también, y es más que justo admitirlo, centrar los esfuerzos en el desarrollo de eléctricos e híbridos, es algo con mucha mayor visión de futuro dado el panorama actual del petróleo.

Fuente: F30post.com
En Tecmovia: Un turbo eléctrico para micro-híbridos: ahorro y prestaciones al mejor precio | Futuro, con “t” de turbo

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