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Un turbo eléctrico para micro-híbridos: ahorro y prestaciones al mejor precio

Este «sencillo» mecanismo promete ser la forma más barata de ahorrar combustible e incrementar prestaciones a día de hoy: un compresor movido por energía eléctrica y capaz de aportar potencia instantánea a cualquier régimen.

La tecnología, desarrollada en los últimos años por Controlled Power Technologies, ya está lista para producción en sistemas eléctricos de 12V (el estándar, hasta ahora). Básicamente, se trata de integrar un pequeño compresor de baja inercia, movido a voluntad por un motor eléctrico, en un motor de gasolina o diésel (preferentemente de baja cilindrada, claro).

Esta innovación sería un valioso complemento de la tecnología micro-híbrida. Compatible con un turbocompresor convencional, que empujaría en la gama media-alta de revoluciones, su principal ventaja es que entraría en funcionamiento en el momento preciso de demanda de potencia (puede alcanzar 70.000 rpm en 1/3 s) independientemente del régimen de giro del motor, siendo especialmente útil en la zona baja y muy baja del cuentavueltas.

Con todo, lo mejor es su coste de producción. Según la propia empresa, el coste asciende a 50-60€ por cada 1% de ahorro en emisiones (y consumos) comparado con los 200-500€ que implican las soluciones híbridas completas (que pueden circular en modo eléctrico).

En este momento se encuentra en fase de desarrollo un compresor para sistemas eléctricos de 48V (parece ser que serán el siguiente paso), con el que los efectos son realmente espectaculares. El mecanismo podría aportar nada menos que 56 cv adicionales al motor y de forma instantánea, como hemos visto.

Como solución incremental a corto plazo, se trata de un fantástico modo de aprovechar todas las posibilidades de la tecnología existente, para llevar aún más cerca de su límite al exprimido motor de combustión interna. Tiene pleno sentido mecánico, y más aún económico, batiendo holgadamente a híbridos y eléctricos en coste de producción por unidad de ahorro en emisiones.

Como solución a más largo plazo, evidentemente, implica seguir quemando petróleo bajo el capó, con lo que mantiene el actual paradigma de motorizaciones que, tarde o temprano, tendrá que cambiarse por otro.

Pero, ¿cuál es la frontera entre «largo» y «corto» plazo en este terreno tecnológico? Me temo que bastantes años todavía con lo que, previsiblemente, veremos esta y otras muchas innovaciones aplicadas a motores convencionales antes de decirles definitivamente adiós, seguramente en décadas.

El motor de combustión aún no ha dicho su última palabra.

La tecnología micro-híbrida consiste en añadir un motor eléctrico de baja potencia y una batería relativamente pequeña a un coche convencional para aprovechar la energía de la frenada y hacer posible el start&stop, aunque no el desplazamiento en modo púramente eléctrico. Esa batería adicional también podría mover dispositivos como este.

Fuente: Green Car Congress
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