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Ruedas de repuesto, una especie en peligro de extinción: ¿por qué tu próximo coche prescindirá (probablemente) de ella?

Cuando os hablábamos de cinco elementos que desaparecerán tu coche en cinco años, mi compañero Sergio se refería a las ruedas de repuesto como ese elemento que echaremos de menos en el momento en que suframos un pinchazo fuerte o un reventón. No recuerdo cuando fue la última vez que me encontré una rueda de repuesto completa en un coche. Miento, sí lo recuerdo (ver Ford EcoSport). Aquellos tiempos han dado paso a una era en la que al levantar la moqueta del maletero ya nos sorprendemos incluso si encontramos una rueda de repuesto temporal. ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué hemos renunciado a un elemento que siempre habíamos considerado indispensable, hasta el punto de convertir en una lección básica su maniobra de sustitución?

Cuestión de espacio. Una de las motivaciones que ha llevado a los fabricantes a renunciar a la rueda de repuesto de su coche es sin duda el espacio. Incluso una rueda de repuesto temporal, la famosa «galleta», más estrecha que las ruedas que utilizamos habitualmente, ocupa un espacio precioso cuando de lo que se trata es de ofrecer un maletero de dimensiones generosas. Lo habitual hoy en día es que nos encontremos con un doble fondo en el que hay espacio para alojar esa rueda de repuesto temporal o, en ausencia de esta, para organizar la carga o alojar objetos poco voluminosos, véase una caja de herramientas, un botiquín, un equipo de sonido potente (muy común especialmente en los premium) y, faltaría más, el kit de reparación de pinchazos en ausencia de la rueda de sustitución.

A mi juicio, salvo que este doble fondo pueda colocarse a diferentes alturas o desmontarse con facilidad, esos espacios generalmente no están bien aprovechados. Con lo cual hemos de replantearnos si de verdad la excusa del espacio de carga es suficiente para prescindir de la rueda de repuesto.

Prescindir de rueda de repuesto ahorra espacio, peso y, por qué no decirlo, costes para el fabricante.

Es entonces cuando nos encontramos con otras motivaciones, como el ahorro de peso. Una rueda de repuesto completa puede pesar en torno a 20 kilogramos, una rueda de repuesto temporal, de galleta, algo menos. En cualquier caso, en un momento en que la industria ha levantado la bandera de la eficiencia, cualquier kilogramo que nos ahorremos es realmente valioso para optimizar la eficiencia de un automóvil.

Pero tampoco hemos de olvidarnos de la reducción de costes. Por despreciable que parezca el coste de una rueda completa, con su llanta de acero y su neumático, sigue suponiendo un ahorro para el fabricante nada desdeñable. En el momento de adquirir un coche, y si crees necesaria una rueda de repuesto, es importante que lo consultes antes de reservar tu vehículo. Hay modelos en los que existe la posibilidad de configurar el coche con o sin rueda de repuesto. En algunos casos esa rueda no conlleva un coste añadido, pero no siempre es así.

Los neumáticos Run Flat son una solución, más cara, pero eficaz, para evitar mancharnos las manos si pinchamos y tener que sustituir una rueda.

Otra de las razones, por las cuales algunos fabricantes han renunciado a su rueda de repuesto, ha sido la introducción de los neumáticos de tipo Run Flat, capaces de circular durante algunos kilómetros y con algunas limitaciones (sobre todo de velocidad), incluso tras haber perdido presión por un pinchazo. Estos neumáticos también tienen sus inconvenientes. Aunque los fabricantes de neumáticos han mejorado bastante su producto y los constructores de automóviles han diseñado sus coches para trabajar mejor con este tipo de neumáticos, para garantizar que este mantenga su forma, incluso con baja presión, es necesario utilizar carcasas más rígidas y estructuras internas que suelen redundar en neumáticos menos confortables, especialmente negociando con pequeñas irregularidades del asfalto.

La gran ventaja del neumático Run Flat es precisamente la de no tener que recurrir al gato, y a la sustitución de una rueda, incluso si pinchamos. Aunque tampoco se libran de graves reventones o desllantados, incidencias que por otro lado son poco comunes, pero que debemos tener muy en cuenta si nuestro coche es un todocamino y tenemos pensado hacer un uso exigente en campo de él. Porque lo creas o no, hay todocaminos que pueden sorprendernos fuera del asfalto, pero evidentemente nunca nos libraremos del peligro que supone una piedra contundente o afilada en nuestro camino. Tampoco nos libraremos de desllantados, especialmente ahora que está muy de moda equipar a estos todocamino con llantas de aleación inmensas, y muy bonitas, pero delicadas fuera en terrenos complicados.

Todos los fabricantes deberían ofrecer la posibilidad de decidir si quieren equipar, o no, una rueda de repuesto.

Por otro lado, y por sorprendente que nos resulte, me atrevería a decir que hay muchos conductores que jamás han sustituido una rueda, y ni tan siquiera sabrían cómo sustituirla. De manera que la única solución que encontrarían en un eventual pinchazo sería la de buscar a algún conocido, que sepa arreglar el desaguisado, o llamar a la grúa. En tal caso, es comprensible, e incluso coherente, renunciar a la rueda de repuesto. Aunque nuestro consejo será el de buscar a alguien que nos enseña a sustituir una rueda, que tampoco es tan complicado.

Las carreteras europeas no son lo que eran hace décadas, y los neumáticos también han mejorado su resistencia, de manera que los pinchazos quizás ya no sean tan comunes, pero se siguen produciendo.

En definitiva, todas estas son las razones por las cuáles es posible que tu próximo coche no tenga rueda de repuesto, al menos de serie. Y también nuestra reflexión acerca de por qué resulta importante que nos informemos en el concesionario y valoremos la opción de incluir o no este repuesto. A mi juicio, todos los fabricantes deberían ofrecer esa alternativa a sus clientes. Pero por desgracia esa es una premisa que no siempre se cumple.

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