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Mercedes salva los muebles. Crónica del GP de Rusia 2017

Cuando peor pintaban las cosas para Mercedes, tras asistir al primer doblete de Ferrari en clasificación en nueve años, Valtteri Bottas solventó la difícil papeleta de la marca alemana con una extraordinaria salida en Sochi. Y poco más. Pasar del tercer al primer puesto en la primera vuelta fue suficiente para que el finlandés celebrase en el Gran Premio de Rusia su primer triunfo en Fórmula 1, una carrera soporífera pese al arreón final de Sebastian Vettel.

Ferrari intentó recuperar la cabeza de carrera repitiendo la jugada de Australia, es decir, retrasando la parada de Sebastian Vettel y manteniéndose en pista una vez Valtteri Bottas entró en boxes, pero la casi inexistente degradación sobre la pista de Sochi, la ausencia de tráfico y una mala parada cuando el alemán terminó por entrar impidieron que la estrategia diera sus frutos. Un error en pista de Bottas y doblados en la parte final de carrera animaron el tramo final, en el que Vettel llegó a poder activar el DRS. Pero estaba claro que todo parecía de cara para que Valtteri Bottas estrenara su palmarés en Fórmula 1.

Probablemente el mejor ejemplo de la falta de tensión en esta carrera fue la conversación de radio entre Kimi Räikkönen y su ingeniero, pinchada en directo por la realización televisiva. Simplemente el finlandés no tenía ni idea de quién lideraba, pensándose incluso que era Lewis Hamilton quien encabezaba la prueba… pese a rodar por detrás de él. El británico completó un mal fin de semana arrastrando en carrera problemas de sobrecalentamiento en su Mercedes y tendrá que ponerse las pilas para recuperar los 13 puntos de ventaja que tiene ya Sebastian Vettel en la general del campeonato. Pero con su compañero en lo más alto al menos Mercedes podrá desprenderse de ciertos temores.

Rusia no es una carrera que ofrezca habitualmente gran diversión y el nuevo reglamento técnico tampoco ayuda, pero encima este inicio de temporada ve cómo Red Bull sigue a un mundo de los dos equipos de cabeza. No sólo el rendimiento no está ahí y Max Verstappen se mantuvo más cerca del Williams de Felipe Massa que de los cuatro hombres que le precedían, sino que además Daniel Ricciardo tuvo que decir adiós a las primeras de cambio por un incendio en sus frenos traseros. Mucho van a tener que mejorar en el Gran Premio de España para plantar cara.

Aunque por velocidad pura y dura el sexto puesto debía quedar en manos de Felipe Massa, un pinchazo lento retrasó al brasileño (de ahí que incordiara tanto al ser doblado en la recta final de carrera, con neumáticos frescos) y premió la gran labor de Force India en este inicio de año: sexto y séptimo puesto para Sergio Pérez y Esteban Ocon, cada vez más cómodo al volante de estos nuevos F1 que tanto parecen castigar la falta de experiencia. La zona de puntos quedó cerrada por Nico Hülkenberg, Felipe Massa y Carlos Sainz.

El español, en una carrera discreta, tuvo que enfrentarse primero a Kevin Magnussen, a quien superó en boxes después de que el danés recibiera una protestada sanción de cinco segundos por no respetar los límites de la pista, y luego defenderse de Lance Stroll, quien dijo adiós a sus opciones de puntuar con un trompo nada más empezar la carrera. Aún así se trata de un claro progreso para el canadiense tras tres abandonos. El accidente de la carrera esta vez lo protagonizaron en la primera vuelta Romain Grosjean y Jolyon Palmer, otro de los protagonistas negativos del inicio del curso 2017.

¿Y de McLaren qué decimos? Resulta difícil comentar una carrera en la que una vez más uno de sus pilotos ni siquiera pudo tomar la salida, esta vez tocándole la china a Fernando Alonso. Por otra parte, Stoffel Vandoorne peleó con Sauber, sin necesidad de que el equipo suizo monte aún los propulsores Honda. Sólo queda rezar para que la casa nipona nos deje con la boca abierta en lo que resta de Mundial… No es por alonsismo, es por necesidad deportiva de cualquier aficionado.

Foto | Daimler

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