El hecho de pedir un Uber, un Cabify o un Bolt en momentos de alta demanda y que nuestro trayecto cueste tres o cuatro veces más que en condiciones normales, aunque vayamos a recibir exactamente el mismo servicio, puede tener los días contados. Al menos, el gobierno autonómico de la Comunidad de Madrid ya trabaja en un borrador de ley cuyo objetivo es acabar con los abusos que se producen hacia el cliente con las denominadas tarifas dinámicas, si bien son legales por ahora e incluso habituales en otros sectores, como el de los vuelos comerciales, que no tienen limitaciones.
No son pocos los usuarios que, habiendo sufrido aumentos desmedidos en los precios de las compañías de vehículos de transporte con conductor, han denunciado esta práctica tan habitual a organizaciones de consumidores y organismos públicos. Tal es el punto al que llega la fluctuación de las citadas tarifas que la Comunidad de Madrid, región donde más VTC operan de toda España, ha puesto sobre la mesa la posibilidad de regular el servicio a pesar de que el “libre mercado” se caracteriza precisamente por la ley de la oferta y la demanda, así como por la independencia de las empresas en cuestión para decidir cuánto cobran en cada momento.
Taxi 2 – VTC 0: la Administración Pública vuelve a darle la espalda al sector privado
Aunque a nadie le gusta pagar más por una entrada de un concierto cuando quedan pocas localidades o por la habitación de un hotel cuando llegan puentes festivos y no se ha reservado con la suficiente antelación, lo cierto es que la economía funciona de esta manera si no se interviene, lo cual no es recomendable si no se quiere lastrar la competitividad de cualquier industria. La del transporte no es una excepción. A pesar de la ideología conservadora y liberal por la que se caracteriza el actual Gobierno madrileño, existe la posibilidad de que las autoridades del territorio con más densidad de población de nuestro país vuelvan a poner palos en las ruedas de los VTC tras haber blindado como servicio público, tras su último enfrentamiento, a los taxistas.
Hoy en día, predecir en qué momento pueden subir los precios de Uber, Cabify o Bolt, entre otras compañías de este tipo, es casi imposible, aunque grandes eventos de ocio o determinados momentos del día, como las horas habituales de inicio y finalización de la jornada laboral nos pueden dar algunas pistas. Desde luego que pagar 60 euros por un viaje que suele valer 20 no es de recibo. De hecho, es excesivo e incluso engañoso, pues no vamos a recibir un trato diferencial (es más, quizá suframos algún atasco). Sin embargo, “es el mercado, amigo”.
Todavía es pronto para conocer qué puntos se están abordando en la elaboración del reglamento que permitiría a Madrid no favorecer estas subidas repentinas y temporales de las tarifas de los VTC para proteger al usuario. Con todo, si esta especie de proyecto legislativo llega a término y acaba como una proposición formal que pueda aprobarse y entregar en vigor, algo que podría ocurrir a finales de 2023, se traduciría en la huida de operadores, dando la oportunidad al taxi de recuperar su monopolio.
