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Los años no han pasado en balde: Koenigsegg nos enseña su primer prototipo

Koenigsegg es una empresa ya reconocida a nivel mundial como uno de los fabricantes de superdeportivos más punteros del momento. Una de las empresas más innovadoras, con un impresionante Regera cuya potencia supera los 1.500 CV. Pero a mediados de los 90 no era más que otra empresa tratando de construir superdeportivos de nicho. 21 años han pasado desde que el Koenigsegg CC fuese concebido, y 19 años desde que el primer supercoche de Christian von Koenigsegg rodase por sus propios medios. Ahora nos enseñan cómo era este prototipo.

Una genética fuerte

Sus llantas eran llantas BBS con un centro personalizado con el escudo de Koenigsegg.

El Koenigsegg CC comenzó su existencia casi como un kit car. Su carrocería estaba construida en una resina sintética y su motor 4.2 V8 procedía del Audi V8 Quattro de la época. Era un motor que apenas llegaba a un tercio de la potencia de los actuales Koenigsegg: tenía menos de 400 CV. Pero estaba situado en posición central en un chasis que había sido el niño mimado del proceso de desarrollo. Con todo, aquel lejano CC aún es parecido a los actuales Koenigsegg. Fijaos en la forma del parabrisas o en sus puertas.

Aquel lejano prototipo no fue siempre como lo véis en vuestras pantallas. Comenzó su existencia como un descapotable de color plateado con puertas convencionales, que el piloto sueco Rickard Rydell se encargó de conducir en su presentación, en un track day en el circuito de Anderstorp. Un track day que dejó al piloto gratamente impresionado y a los asistentes sorprendidos ante el superdeportivo sueco. Posteriormente, se instalaron puertas de apertura vertical, y hubo que cortar algunos paneles.

La carrocería se repintó de color negro entonces. Era un coche que se usaba habitualmente, se modificaba habitualmente, y su color negro no resistía bien tanto tejemaneje. Christian decidió entonces pintarlo de color naranja, un tono ya asociado a la marca desde entonces. No obstante, era un código de color de Volvo y estaba de viaje, por lo que llamó a su taller de confianza y ordenó que pintasen el coche sin verlo. El resultado es el color marrón metalizado del coche de las imágenes, algo diferente al especificado.

Christian se lo tomó como una lección en negocios y no ordenó repintar el coche, para recordar la lección por siempre. A veces no es conveniente delegar algunas tareas. El coche está actualmente situado en el Motala Motormuseum, unos 200 km al suroeste de Estocolmo. Koenigsegg lo ha reunido junto a otros coches icónicos de la marca para una sesión fotográfica y videográfica de la que pronto deberíamos tener noticias. Por el momento, quedaos con estas fotografías tan interesantes.

Fuente: Koenigsegg
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