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Brett Moffitt culmina la sorpresa y se proclama campeón de la Camping World Truck Series junto al increíble Shigeaki Hattori

Homestead-Miami empezó cerrando las temporadas de NASCAR como lleva haciendo desde 2002 con la decisión de la última Truck Series con Camping World como patrocinador. Y lo hizo en un evento igual de poco accidentado que en 2017, con apenas las dos cautions reglamentarias de los dos primeros segmentos y una pelea por el título más apretada. Brett Moffitt y Noah Gragson disputaron un evento apretado y fue el ex piloto de la Cup Series quien se llevó el gato al agua con una definición autoritaria, ganando el título y revitalizando su extraña carrera deportiva. Justin Haley y Johnny Sauter apenas pudieron plantar cara con los GMS Racing.

Grant Enfinger y Stewart Friesen salían en la primera fila por delante de todos los contendientes al título, aunque éstos no tardaron en alcanzarles. Enfinger se alejó mientras Justin Haley se ponía segundo por delante de Gragson, todo lo contrario que un extraño Johnny Sauter que perdió terreno desde el banderazo verde. Moffitt y Gragson se pusieron segundo y tercero después de una pelea inicial con Haley y John Hunter Nemechek, yendo ambos Toyota a por el líder Enfinger pero sin alcanzarle antes del final del primer segmento. Enfinger, Gragson, Moffitt, Nemechek y Matt Crafton formaron el primer top 5 de la noche.

Crafton se puso líder en boxes y fue rápidamente rebasado por Gragson y Moffitt, que retomaron su duelo en esa ocasión por la cabeza de carrera. Crafton y Enfinger mantuvieron un poco las distancias con los Ford de Thorsport aunque acabaron cediendo de forma evidente ante el mayor potencial de los Toyota que luchaban por el campeonato. Haley se descolgó dentro de un variado top 10 y mantenía la compostura a diferencia de un sufrido Sauter que no podía mantenerse entre los diez primeros y tiraba por la borda una gran temporada con el paso de las vueltas. Moffitt, Gragson, Enfinger, Crafton y Nemechek fueron el top 5 del segundo segmento.

Sheldon Creed llegó a la zona alta dispuesto a demostrar su valía como campeón de ARCA y llegó a atacar a Moffitt, aunque éste mantuvo la compostura y dejó a Creed vendido frente a Enfinger y Friesen. Gragson y Moffitt estaban muy por delante de Haley y Sauter, que apenas podía lidiar con Ben Rhodes, Jesse Little y Harrison Burton. Moffitt y Gragson se fugaron y mantuvieron un interesante duelo por la victoria y el campeonato, tomando Moffitt el interior de forma constante y cerrando Gragson todos los ataques con más inercia desde la mejor línea exterior. Un accidente de Robby Lyons le vio en el muro pero no fue suficiente motivo de caution.


Se acercaba el momento del último tercio de carrera y el dúo cabecero mantenía las distancias de forma prudente, llegando Enfinger a pegarse con Moffitt antes de que el de Hattori se fuese de nuevo a por Gragson. El joven prometedor del equipo de Kyle Busch dejó de defender por el exterior y buscó recortar por el interior en meta para ganar más la posición a Moffitt, que le devolvió la jugada en la recta trasera. Moffitt se puso líder y tomó de inmediato un margen de un segundo y medio respecto a un Gragson que parecía noqueado, adelantado por Enfinger justo antes de entrar en boxes por un posible pinchazo.

El oportunismo le venía bien a Gragson al tener el depósito más vacío y rellenarlo por última vez, copiándole Moffitt de inmediato para cubrirse de una caution que no llegaría. Haley, Sauter y demás pilotos estables irían yendo a boxes poco a poco, cediendo el liderato a un Moffitt que tuvo un último susto cuando Chris Window se accidentó en la penúltima vuelta, insuficiente para la aparición de la bandera amarilla. Moffitt dio así la sorpresa inesperada y se apuntó el título con total seguridad en su sexta victoria del año, lejos de esos triunfos apurados a los que acostumbró. Enfinger acabó segundo, un decepcionado Gragson tercero, Creed se coló en el top 5. Haley fue octavo y Sauter se hundió, 12º y a punto de ser doblado.

Se cierra así un 2018 de ensueño para Moffitt, el Hattori Racing Enterprises y su propietario, el ex piloto Shigeaki Hattori. El japonés es el primer propietario no estadounidense de un equipo campeón en NASCAR y cierra así un camino de 10 años en el que su estructura no pudo competir a tiempo completo hasta el pasado 2017 con Ryan Truex. Hattori estuvo a punto de quedarse sin financiación en junio, cuando Moffitt ya sumaba dos victorias, y sin embargo el equipo ha podido mantenerse para proclamarse en el mismo circuito dónde su creador debutó en Estados Unidos en 1996, ganó en Indy Lights en 1998 y debutó en NASCAR en 2004.

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