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¿Cómo se crearon los rallyes? Una historia que va de la mano con el motor, la tecnología y la sociedad

Como disciplina deportiva, los rallyes son algo particulares, si uno lo piensa: una carrera contra el crono, realizado en carreteras normalmente públicas, ya sea con coches de calle, derivados o más ‘prototipos’ y que, pese a considerarse más bien deporte minoritario en España, cuenta con muchísimo seguimiento (en especial en algunas zonas de España como Canarias, Asturias, Galicia y zonas de Andalucía o Cataluña). Ahora bien, ¿Cómo surgen los rallyes como tal?

París-Burdeos-París de 1895, el germen de los rallyes

Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos al principio de los tiempos en el automovilismo. A finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX aún se competían en carreteras abiertas, sin ningún tipo de protocolos de seguridad además de apartarse cuando venían los coches de carreras, los cuales ya empezaban a llegar a los 100 kilómetros por hora. En la París-Burdeos-París de 1895 encontramos detalles muy interesantes – incluso hay quien atribuye el origen a la París-Rouen de 1894.

En estas carreras, se utilizaban vías públicas para correr (en eventos británicos o escandinavos también se utilizaban carreteras privadas), los competidores salían de uno en uno separados por intervalos con coches matriculados, normalmente de un minuto, la ruta se componía por etapas establecidas en varios días con controles horarios al final de cada tramo e incluso había penalizaciones si se adelantaban o atrasaban con respecto a la hora estipulada. ¿Os suena? Sí, en efecto: el germen de los rallyes.

El desastre de la París-Madrid dio lugar a la construcción de circuitos permanentes, así como a pruebas de regularidad y resistencia

Veterano del rally en la línea de salida, evocando el espíritu pionero del automovilismo.

La prueba que lo cambió todo fue la París-Madrid de 1903, una carrera mediática con 316 vehículos – en la primera mitad de la prueba, Marcel Renault llegó a rodar entre París y Chartres a 146 kilómetros por hora… ¡de media! La gran afluencia llevó a que se produjeran muchos accidentes mortales, tanto de pilotos y mecánicos como de espectadores, ganado y perros – el propio Marcel Renault falleció en uno de estos, terminándose la carrera en Burdeos.

Era evidente que los motores eran demasiado potentes para la dirección, los frenos y la suspensión de los coches…así como los caminos de la época. Por ello, se prohibieron los eventos en carretera, pasándose a correr en circuitos cerrados o, en carreteras, con velocidades controladas en pruebas de regularidad o resistencia. Al año siguiente, en 1904, nacería la Association Internationale des Automobiles Clubs Reconnus, que luego cambiaría de siglas para convertirse en…la actual Federación Internacional de Automovilismo, nuestra querida FIA.

Casi 120 años de historia

Pronto empezarían a aparecer competiciones por todos lados de Europa, siendo el Herkomer Konkurrenz en Baviera, Alemania, lo que se puede considerar el primer rallye como tal, aunque no tuviera el nombre. Por toda Europa, y después por todo el mundo, se empezaron a ver estas competiciones. Por ejemplo, en Reino Unido se celebraban rallyes en carreteras públicas con poco tránsito o carreteras privadas, organizándose en forma de bucle de manera que el inicio y fin de cada etapa tenía lugar en Crystal Palace, al sur de Londres (donde, curiosamente, décadas después se levantaría un pequeño circuito utilizando los caminos del parque de la zona).

A partir de entonces, empezaron a proliferar pruebas en todo el mundo: el Rallye de Monte-Carlo tuvo su primera edición en 1911 (mismo año de las primeras 500 Millas de Indianápolis), el de Polonia en 1921…desarrollándose la disciplina a la par que se desarrollaban los coches, los caminos y la propia sociedad. Tuvo que popularizarse aún más, tanto la disciplina como el motor, para que primero tuviéramos Europeo de Rallyes en 1953 y, veinte años después, el primer Mundial de Rallyes, primero puntuable para marcas y después también para pilotos.

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David Durán

Habiéndose criado a pocos kilómetros del Circuito de Jerez y viendo cierto trío de ingleses hablando de coches desde pequeño, para David Durán decantarse por el mundo del motor no le fue difícil. Desde que se cruzó con un Ferrari F40 y un Lamborghini Diablo en plena carretera en un 'simple' viaje familiar, siempre ha querido estar ligado a la automoción. Seguir leyendo...

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