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John Player Special, el dorado alabastro y el problema de los años 70 que Haas no reconoce

Marrón. El color es marrón. Seguramente estemos siendo un poco malos con Haas y Rich Energy pero el color elegido para su nueva asociación no hace más que demostrar dos cosas que se dan en este joven equipo. La primera es la falta de conocimiento del concepto de mercadotecnia. La segunda, una enorme arrogancia por parte de un equipo que ni se informó ni cree necesario un cambio. Justo es reconocer que quizás el resultado obtenido es exactamente el deseado… pero me cuesta de imaginar que sea así. Cuando el nuevo Haas se presentó entre tanta fanfarria, algunos quisieron ver en los colores de la bebida energética Rich Energy (¡la probamos!) un guiño a la mítica decoración de John Player Special de la antigua Lotus. Negro y dorado; sin duda una combinación evocadora incluso si no hubieran existido los Lotus JPS. Pero, ¿por qué era evocador el resultado y por qué no lo es tanto el actual? Lotus tiene la respuesta… por partida doble.

El problema, esencialmente, está en el tono dorado elegido para la decoración. El color dorado es un color complicado de combinar en términos generales por el particular brillo que tiene. Pero cuando hay que combinar ese dorado con un color oscuro como fondo, el asunto se vuelve aún más peliagudo. ¿Un coche verde con tonos dorados? «Fácil». Pero si el coche es negro… es muy fácil que un color dorado sin nada raro se acabe viendo… marrón. Eso es exactamente lo que le ocurre al Haas hoy en día. Indudablemente negro y dorado cuando se ve en directo pero indudablemente negro y marrón en fotografías e incluso en vídeo. Claro, que igual es una idea de William Storey para que su ‘producto premium’ solo pueda se apreciado en la realidad. Al igual que su bebida solo está disponible en determinados sitios, su decoración solo puede disfrutarse ‘in situ’. Estrategia que no tiene ningún sentido, pero la presencia de esta peculiar marca en la Fórmula 1 tampoco la tiene.

Dejando de lado los comentarios jocosos, la realidad es que sorprende especialmente que nadie detectara el problema y lo solucionara, tras verlo (que es bastante evidente). Pero sobre todo, sorprende porque se trata de exactamente el mismo problema con el que ya se encontró Colin Chapman y el Team Lotus hace más de 46 años. Oigo los golpes de palmas de mano con las cabezas desde aquí. Cuando la firma de tabaco John Player Special se asoció a Lotus en 1972, su idea de emplear los colores corporativos negro y dorado de las cajetillas en los monoplazas británicos fue recibida con grandes aplausos. En directo, el aspecto era imponente. Elegante por un lado y espectacularmente agresivo por otro, sobre todo por los detalles dorados que marcaban un coche completamente negro. Las llantas de color dorado magnesio eran el remate perfecto… pero por otra parte, ahí estaba precisamente el problema.

Las llantas de color magnesio lucían espectaculares, pero era innegable que en las primeras carreras de 1972, las fotografías mostraban unos coches algo ‘apagados’. Su belleza era evidente y sin embargo, en las revistas todo su esplendor se perdía. Les costó algún tiempo entender que el color dorado podía ser bonito pero se asemejaba más al marrón en las imágenes estáticas… porque el ‘brillo’ no se captura bien en cámara, al ser algo totalmente dependiente del dinamismo de la luz y el movimiento. Un despropósito, vamos. Aunque los patrocinadores técnicos de Lotus habían aceptado adaptarse a los colores corporativos en pos de una imagen aún más llamativa, el resultado no acababa de lucir todo lo que esperaban. ¿Cómo podía conseguirse que el color dorado se trasladara bien de la realidad a las fotografías?

La solución es de sobras conocida por todo aquel que tenga cierta edad y que haya seguido el automovilismo tiempo suficiente. Del dorado original, más fiel a lo que es el tono ‘oro’ se pasó a un color mucho más blanquecino, una especie de ‘oro alabastro’ que en directo se veía algo más claro pero que en las fotografías parecía refulgir en contraste con el negro de los coches de John Player Special. Había nacido una leyenda. Con el tiempo, hasta se abandonaron las llantas en color oro magnesio para adoptar un color cromo que ayudaba a dar la imagen de brillo que buscaban tanto la marca como el equipo. Llegaron los títulos de Fittipaldi con el mítico 72, Andretti con el ‘Black Beauty» Lotus 79 y las últimas coleadas tras el fallecimiento de Colin Chapman con Nigel Mansell, Elio de Angelis y Ayrton Senna. El negro y dorado de John Player Special y Lotus pasó a formar parte del imaginario colectivo en cuanto a decoraciones ‘molonas’ se trata.

Y así, el mundo olvidó que realmente esos coches lucieron muy poco el color tradicionalmente asociado con la palabra ‘dorado’, pues en realidad sus decoraciones tenían ese tono ‘alabastrado’ que resultaba perfecto en las fotografías. Varias décadas después, la Lotus propiedad de Proton quiso reverdecer la leyenda y aunque sin contar con el patrocinio de John Player Special, recuperó el concepto de negro y oro. Era la temporada 2011 y el Renault pasó a ir pintado de negro y dorado… un dorado que en directo brillaba con el tono adecuado… y que en fotografías daba un resultado tirando a marrón. Vuelvo a oir las palmas contra las cabezas. Habían pasado 39 años desde que el problema se había solucionado por primera vez y 26 desde la última vez que JPS se había visto por un paddock de Fórmula 1… con su tono dorado muy clarito. Alabastro, decíamos, ¿no?

Al final, como es lógico, Renault y Lotus acabaron encontrando la cordura y cambiando el color. El último «Lotus» que compitió en Fórmula 1 en 2015 había aprendido la lección y usaba ese color mucho más claro que quizás en directo perdía ese 5% de espectacularidad pero ganaba en todas las fotos publicadas en la prensa, además de en televisión. ¡De eso hace poco más de tres años! La memoria de algunos es muy limitada… y Haas rescata ahora la decoración ‘negra y marrón’, mientras estamos a la espera de ver si aparecen en Australia con el dorado alabastro y tardan algunas carreras más. ¿Quién sabe? Puede que incluso no lo hagan hasta 2020. O nunca. Pero de ser así, menudo desastre. Cuando dos equipos distintos antes que tú han entendido el problema y lo han resuelto, ¿por qué tú no?

Los cambios de color por mercadotecnia no son nada nuevo en la Fórmula 1. A mediados de la década pasada, Ferrari adoptó unos colores absolutamente salvajes que en directo tenían un aspecto impresionantemente naranja. Era el color de Marlboro (en serio, ¿no lo recordamos un poco anaranjado con los últimos McLaren asociados a la marca?), pero además era un color que resultaba exactamente en el tono de rojo que querían que saliera en las fotos puesto que parecía cobrar vida. Además, en televisión era brillante, reconocible… y no tan naranja como podía parecer. El estudio fue largo y el resultado pasaría a la historia. El propio equipo Haas ha ido variando sus colores a lo largo de los últimos años con el objetivo de tener un mejor resultado en televisión y en las fotografías. ¿Por qué no hacerlo ahora? ¿Será que los de Rich Energy quieren un tono que se parezca al color de la bebida?

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