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La locura de la Fórmula 1 transforma el GP de Francia en un 'pandemónium' con un tráfico infernal

Coches por delante, coches por detrás. Calor infernal y todo parado. Da igual cuando se leyera esto, desde buena mañana hasta prácticamente las cuatro de la tarde, los accesos al circuito de Paul Ricard han sido un auténtico infierno para aficionados y periodistas (vamos a suponer que los principales miembros de los equipos llegaron suficientemente temprano), que sufrieron lo indecible para acceder al paddock. El tráfico ha sido terrible toda la mañana, y eso que tan solo es viernes y la afluencia de gente debería ser muy inferior a la que se vivirá en los días más importantes; sábado y domingo. El circuito de Paul Ricard se encuentra falto de preparación y lo que para muchos debería haber sido un sueño se va convirtiendo poco a poco en pesadilla.

Para hacernos una idea aproximada de lo seria que es la situación, un trayecto de poco más de 40 kilómetros entre Marsella y el circuito de Le Castellet se convierte para muchos en un asunto de más de cinco horas, con plantones de hasta quince o veinte minutos sin avanzar un solo metro. Desafortunados aficionados y trabajadores se encuentran en situaciones en las que o bien han pagado por entradas o bien deberían estar trabajando, sin poder hacer una cosa ni la otra porque una sola carretera es insuficiente para recibir la enorme cantidad de gente, como también lo son las 25.000 plazas para una expectativa de 65.000 espectadores. El problema de la primera jornada ha sido una falta total de organización, además de los errores típicos de quien no está habituado a manejar estas cantidades de público.

Los párkings del circuito se abrieron solo de uno en uno, esperando llenar cada uno de ellos antes de abrir el siguiente, ralentizando el siempre engorroso proceso de entrada. La reacción anunciada por las autoridades locales incluye usar los dos carriles de única carretera disponible para acceder al circuito, en lugar de solo un carril como hoy viernes. Mientras tanto, los coches que estaban parados en la larga carretera que accede al circuito y las pocas carreteras que se dirigen a ese único embudo eran víctimas de un calor tremendo que hacía más que aumentar el agobio en los afectados, hasta el punto que algunos acompañantes desertaban sus coches para seguir a pie y otros simplemente daban la vuelta y se rendían ante la situación.

Chase Carey: «Es genial ser popular. Tenemos una gran cantidad de público el viernes y aún irá a más a medida que avance el fin de semana. Y se divertirán todos mucho.»

La reacción de la Fórmula 1 tampoco ha sido lo ejemplar que cabría esperar. A pesar de la teórica mejoría de las condiciones del tráfico, cuando se le preguntó a Chase Carey por su opinión al respecto de lo que era percibido en el paddock como un grave problema, este respondió esencialmente que era una gran noticia que hubiera tanta afición por la Fórmula 1 y que la alta afluencia de público del viernes era algo celebrable. Quizás no entendiera que pagar dinero por estarse más de cuatro horas en un atasco con más de 35 grados de temperatura ambiente no es exactamente la definición de diversión de los franceses, sobre todo después de una década sin poder ver un Gran Premio de Fórmula 1 en su país.

El circuito de Paul Ricard era ya conocido en los años 90 tanto en el mundial de motociclismo como el de Fórmula 1 por ser un lugar en el que el tráfico daba problemas. Desde la organización, siempre se mencionó esta problemática como algo que estaban decididos a evitar, quizás siendo conscientes de la dificultad que existía para lograrlo. No se está consiguiendo, los retrasos siguen y a pesar de las decisiones tomadas desde las autoridades locales y la dirección del Gran Premio, el miedo con respecto a los atascos en lo que queda de fin de semana es muy real. Si en un día relativamente tranquilo, llegar al circuito ya era un infierno, los días de la sesión clasificatoria y sobre todo carrera el domingo podrían ser mucho peor… con una implicación muy clara. Si el tema está así, Paul Ricard no está listo para la Fórmula 1. Las cosas deben cambiar para 2019.

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