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Toni Vilander campeón, Miguel Molina y Andy Soucek destacan en la Blancpain GT America

En los últimos años, Stephane Ratel ha continuado con la expansión de su exitosa fórmula a través del mundo. Después de haber dominado la escena europea tras la desaparición de los certámenes de GTs de la FIA, su siguiente objetivo era extender la SRO por todo el globo. En 2017, creó las Blancpain GT Asia, con un concepto menos profesional que las europeas, dando cabida únicamente a parejas de pilotos Pro-Am, Silver y Am. El concepto funcionó, y pese a que no existe el nivel de las categorías europeas, han mantenido como mínimo a 18 coches por cita.

El año pasado, Ratel anunció la transformación de la Pirelli World Challenge, certamen de GT3 por excelencia en América, a la Blancpain GT World Challenge América. Cambiando el formato, permitiendo también parejas de pilotos Pro, y con dos carreras de una hora y media de duración por fin de semana. El proyecto era ambicioso, siete citas en los mejores circuitos del país, y un final de fiesta anunciado ya entrada la temporada en Las Vegas.

Se esperaba competir fuertemente con el IMSA, manteniendo una parrilla de 18 coches para todas las rondas, pero el plan no salió como se esperaba. Pese a empezar con buen pie, con 22 inscritos en la ronda del Circuito de las Américas, bajó rápidamente a 17 para la cita de Virginia. A partir de ese momento, exceptuando en Sonoma, ninguna de las 5 citas restantes superó los 17 coches.

Pero lo realmente preocupante, fue la poca competición que hubo en esas citas, con la categoría Pro bajando hasta únicamente las 4 inscripciones. Ferrari y Bentley han dominado la temporada, ganando 12 de las 14 carreras disputadas. Las únicas dos victorias que se les escaparon fueron una para Porsche y otra para Acura, siendo estos últimos los únicos en ganar una carrera absoluta con una pareja Pro-Am. 

Comienzo con dominio español en las Américas

Aun así, no todo fueron malas noticias, y menos si se mira por los intereses de los pilotos españoles participantes: Miguel Molina y Andy Soucek. El de Lloret de Mar, compartió coche con el experimentado Toni Vilander, en la estructura de Remo Ferri, a los mandos de un Ferrari 488 GT3. Soucek por su parte, formaba una de las dos parejas de K-Pax junto a Álvaro Parente.

La temporada comenzó con buen pie para ambos, con Soucek consiguiendo la primera pole de la temporada, y acabando en la primera carrera segundo por detrás de Soulet y Baptista, con el segundo de los Bentley de K-Pax. El domingo, Kyle Marcelli consiguió una inesperada pole para Acura, pero finalmente los honores fueron para Miguel Molina y Toni Vilander, con Soucek y Parente en segunda posición de nuevo. Los españoles estaban metidos de lleno en la pelea, con Scott Hargrove y Patrick Long detrás con el Porsche de Wright. 

Virginia en cambio fue territorio Bentley. Soucek y Parente arrasaron en la clasificación, consiguiendo las dos poles, y se impusieron también en la primera de las dos carreras. En la segunda en cambio, un pinchazo y posteriormente un aparatoso incendio durante la parada, obligaron a retirarse a la dupla del #9, con sus compañeros Soulet y Baptista consiguiendo el pleno para la marca británica. Miguel Molina solo pudo subir al podio en la primera carrera, con la dupla alemana formada por Wolf Henzler y Marco Holzer haciéndolo en ambas ocasiones.

La cita de Mosport supuso un antes y un después en la temporada, con una de las inscripciones más pobres del año. Molina y Soucek se repartieron la primera y la segunda posición junto a sus respectivos compañeros en cada carrera, con el segundo de los Bentley en tercera posición. Esto llegó antes de un pequeño resurgir del campeonato en Sonoma.

Otra actuación estelar de Molina en el circuito californiano le otorgó a R.Ferri Motorsport una nueva pole. El español dominó su stint, y Vilander finalizó el trabajo. En la segunda carrera, el piloto de Porsche Matt Campbell, que disputaba ese fin de semana su segunda cita del año, logró una sorprendente pole, aunque la victoria fue a parar a manos del otro Porsche de Wright, pilotado por Long y Hargrove. Molina acabó en segunda posición, con Soucek y Parente consiguiendo dos terceras posiciones. 

Una oportunidad que truncó las opciones de Miguel Molina

Cuando todo parecía que Molina estaba cerca de poder ganar el campeonato, siguiendo la tónica de las carreras anteriores, una oportunidad en Ferrari lo cambió todo. El español pasó a ser piloto de AF Corse en el WEC, después de hacer un gran trabajo en el Prologue. Daniel Serra fue su sustituto, y junto a Vilander logró las dos victorias del Glen, con Soucek en segunda posición en ambas.

El brasileño y el finés consiguieron en Road America una nueva victoria y otro segundo puesto, que proclamaron a Vilander campeón con la cita de Las Vegas por delante. Fue un mal fin de semana para Soucek, afectado por un trompo en la primera carrera, y por una mala clasificación en la segunda, que se saldó con una tercera posición como mejor resultado.

Finalmente, el campeonato llegó a su fin en Las Vegas. Utilizando una versión modificada de la que utilizó las American Le Mans Series a principio de siglo, el trazado y los 13 coches inscritos no brindaron el fin de fiesta esperado. Con carreras muy estáticas y con todo decidido, Soucek y Parente se lograron el pleno de poles y victorias, mientras que Molina en su regreso consiguió una segunda y una tercera posición. Esto le permitió a la dupla de Bentley ser subcampeones, mientras que el de Lloret de Mar se tuvo que conformar con la cuarta posición tras perderse dos rondas. 

No ha sido la temporada inicial esperada por Ratel. Equipos como Alegra, que inscribían dos coches, no participaron en las últimas dos citas, y otros muchos equipos fueron rotando y haciendo únicamente rondas sueltas. Con la intención de cumplir su objetivo de 18 inscritos para toda la temporada, el SRO ha decidido eliminar la categoría Pro para 2020, esperando que el concepto de Asia triunfe también en América.

 

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