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Los fabricantes europeos ven con positividad e incertidumbre el acuerdo con Estados Unidos

Ha sido la gran noticia de este lunes, al menos la más importante ya que sigue sin quedar claro si es o no un buen acuerdo para las compañías europeas que exportan sus productos a Estados Unidos y que verán finalmente situados los aranceles en el 15% respecto al 27,5% que estaba actualmente en uso después de que Donald Trump lo elevará respecto al 2,5% que estaba vigente antes del comienzo de su segundo mandato POTUS..

Ambas partes han llegado a este acuerdo conocedores de la proximidad de la fecha límite de principios de agosto que estaba poniendo especialmente nerviosos a los productores del Viejo Continente debido al gran impacto que podría tener en sus negocios.

Si el acuerdo ha sido controvertido, las primeras reacciones entre algunos de los principales fabricantes europeos han sido positivas, aunque algunos como Mercedes-Benz han instado a que el diálogo entre la Unión Europea y Estados Unidos no se detenga aquí y que puedan seguir produciéndose las reuniones para tratar de reducir más aún las barreras comerciales.

El Grupo Volkswagen también fue uno de los principales actores de la industria automotriz a este lado del Atlántico en reaccionar al acuerdo: “Celebramos el acuerdo entre la UE y EE. UU. sobre la disputa arancelaria y la seguridad de planificación que conlleva para la industria automotriz europea”, declaró un portavoz del Grupo en declaraciones recogidas por Automotive News.

El BMW X5 está llegando a su destino, destacando su diseño versátil y robusto.

Sin embargo, entre las propias compañías todavía hay incertidumbre acerca de los términos del propio acuerdo tal y como recoge la declaración realizada también por Volkswagen: “Esperamos que los detalles del acuerdo se concreten y comuniquen próximamente. En cuanto tengamos el contenido exacto del acuerdo, lo examinaremos y evaluaremos cuidadosamente”.

También hubo reacciones por parte de Volvo Cars, aunque la compañía escandinava es cierto que mantiene una apuesta incluso más clara que otros fabricantes europeos en lo denominado producción para el mercado local, lo que supone que se fabrican los automóviles en el país para el que están destinados.

Los primeros análisis siguen apuntando a un gran impacto económico:

Aunque todavía falta por detallar qué se ha acordado, analistas como Matthias Schmidt han apuntado a que creía «que los directores ejecutivos alemanes y suecos dormirán mejor esta noche que en las últimas semanas» ya que, para aquellos fabricantes con representación en el mercado estadounidense, los márgenes de beneficio en dicho país son mayores de los que gozan en otras regiones como en la propia Europa o en otras ‘plazas’ como la de China.

Por su parte, la presidenta de la asociación automovilística alemana VDA, Hildegard Mueller, siguió poniendo en relieve lo que aun así supondrá el acuerdo para las arcas de las marcas germanas: “Es evidente que el arancel estadounidense del 15 % para los productos automotrices costará a las empresas de la industria automotriz alemana miles de millones de dólares anuales. También supondrá una carga para los fabricantes de automóviles con mayores costos, ya que realizan fuertes inversiones en la transición a la electrificación”.

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Iván Fernández

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