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BMW M6 CSL, el patito feo que, en secreto, sentó las bases de la aerodinámica activa bávara

Si hay algo con lo que soñamos los amantes del motor es con pasear por las zonas privadas en las que las marcas guardan modelos y prototipos únicos que, en raras ocasiones, muestran al público. En esta ocasión BMW, a través de su revista BMW M Magazine, nos muestra cuatro prototipos cuyas siglas provocan escalofríos: M CSL. Ninguno salió al mercado aunque los modelos más prestacionales de la marca sí han heredado algunos de los experimentos que en ellos se hicieron. Un buen ejemplo de ello es el BMW M6 CSL, el patito feo que sentó las bases de la aerodinámica activa bávara.

La división Motorsport ha abierto las puertas de ese garaje de ensueño para mostrar parte de los secretos que guarda incluyendo estos prototipos inéditos. Es complicado centrar la vista en uno solo, pero hoy ponemos el foco sobre el BMW M6 CSL Prototype. Un unicornio concebido por M y CSL (Coupé Sport Leichtbau), es decir, una versión aligerada del BMW M6 que apuesta por materiales como aluminio o fibra de carbono y simplifica todo el equipamiento posible.

Bmw M6 Csl 01

Cien kilos menos

A diferencia de los otros prototipos, en el BMW M6 CSL la receta es bastante parecida a la del BMW M6: sigue asentándose sobre la plataforma E63 y bajó su capó no se esconde una versión reconstruida del motor. Está equipado con el V10 atmosférico de 5.0 litros que entrega la misma potencia y mantiene a su pareja de baile: la transmisión de doble embrague. La particularidad de este modelo reside en su aerodinámica.

El BMW M6 CSL pesa cien kilos menos que el BMW M6 gracias a todos los experimentos que hizo la marca bávara: se convirtió en un auténtico banco de pruebas para la aerodinámica activa de BMW. Además de aligerar la báscula, lograr un flujo de aire inteligente se convirtió en la obsesión de sus desarrolladores.

Bmw M6 Csl 07

Herencia para los futuros M

Algo que lograron con la incorporación de un spoiler delantero retráctil y un alerón trasero automático, que se diseñaron para mejorar (aún más) el rendimiento del coupé de diez cilindros. Otra novedad fueron los retrovisores exteriores de doble travesaño firmados por M que hoy son indispensables en los modelos más deportivos: aquí comenzó su diseño. Por último, crearon una consola central y unos paneles para las puertas que fueron livianos al máximo.

El BMW M6 CSL Prototype implicó todo un desarrollo seguido de una serie de pruebas con los que la casa bávara lo puso a punto, pero los estudios de viabilidad de BMW concluyeron que aquel modelo no resultaría rentable… y no llegaron ni a presentarlo como ‘concept’. Su historia, tristemente, terminó ahí aunque no la del garaje de BMW M: a tenor del título del vídeo que acompaña a estas líneas (‘Part 1’ – Parte 1) parece que todavía hay más secretos que mostrar: estaremos atentos.

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