Nos encanta el Citroën 2CV y seguro que sabes que existió una versión bimotor 4×4 llamada Sahara, pero pocos conocen esta unidad con una autonomía brutal, que fue usada para recorrer el Norte de África durante años. Esta es la historia del Citroën 2CV Rally Bimotor, un aparato único en su especie.
Citroën 2CV 4×4 bimotor
Un ingeniero y piloto llamado Jack Hanon fue campeón de carreras de tierra con un 2CV, pero quería algo más. Así que para 1979 debió pensar que, si lo que quería no existía, debía fabricárselo él mismo.
Sin contar los todoterrenos puros, los coches de tracción total no eran una opción real en esa época. Hanon tiró de ingenio e inventiva dedicando unas 3000 horas de trabajo en meter 2 motores de Citroën GSA en la plataforma que mejor conocía, el 2CV. Cada motor de GSA era un 4 cilindros bóxer de 1299cc y se colocaban uno delante y otro detrás. Pero, ¿cómo se manejaba eso? ¿Merecía la pena hacer algo tan complejo? Descubrámoslo a continuación.






Todoterreno, pero no mucho. Así era la mecánica del Citroën 2CV Rally de Jack Hanon
El motor del GSA era más moderno que el del 2CV y una sola unidad entregaba unos 65CV. Sin contar las probables modificaciones de admisión que Hanon pudiera haber realizado, este 2CV bimotor contaba con al menos 130CV disponibles. Mucho más que los entre 23CV y 29CV del «doscaballos» original.
Hanon creó el que porbablemente sea el único 2CV capaz de superar los 200km/h sobre tierra. Cada motor se acoplaba a una caja de cambios manual de 4 relaciones con conexión seleccionable. Eso significa que el coche podía circular con tracción trasera, delantera, o total. Fue fabricado en especificaciones de rally y en las fotos de la galería se pueden ver el arco de seguridad, su mayor altura libre al suelo, neumáticos de tierra y muchísimos detalles impresionantes, como las 4 salidas de escape en los estribos o el tapón para uno de los depósitos ubicado en el techo y con una placa protectora.
Y es que sí, para llevar acabo largas etapas por el desierto, se instalaron dos depósitos de 100 litros cada uno donde irían los asientos traseros. Eso se traducía en una autonomía de 1.600km con ambos motores funcionado o hasta 3.200km empleando una sola unidad.






Un recorrido tan único en el mundo como él mismo
Si llegaste hasta aquí, puede que estés de acuerdo en lo impresionante y especial que es este coche. Todas sus bondades le valieron el sobrenombre de «Crocolion» (cocodrilo-león en francés). Fue subastado en 2023 en Collecting Cars por 18.250€. Un precio más que aceptable para un coche tan genial y en tan buenas condiciones.
Sobre 2020, también fue subastado en Bonham Cars y, según documentación aportada junto a un montón de notas de su creador, el coche fue utilizado por Hanon para correr en rallys del desierto norteafricano durante 10 años. Los 50.000km del marcador lo avalan. Tras retirarse en los 90, el Crocolion se llevó a Canadá. Poco después, Hanon falleció y su creación quedaría olvidada en un rincón un par de décadas.
En 2014, un apasionado de los coches llamado Frank Locker lo encontró en un granero hecho polvo. Como buen amante de los cacharros supo ver su potencial y lo compró para comenzar un proceso de restauración exhaustiva. Tras finalizar, lo envió a Citroën Andre (Holanda), donde se preparó para su venta en Europa.





