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¿Deberían poder conducir las mujeres? Aunque parezca mentira, es lo que se están preguntando en Arabia Saudí

Por arcaico y disparatado que parezca, aún hay países que no permiten a las mujeres conducir por el hecho de ser mujeres. Si bien es indiscutible que en prácticamente todo el mundo aún existe desigualdad de género, hay países donde esta es más acusada. Y hay otros en que, directamente, los Derechos Humanos no están ni se les espera… Al menos de momento. Es el caso de Arabia Saudí, un Estado ultraconservador que se rige en buena medida por la ley Sharia, la cual denosta a las mujeres. Ahora, un príncipe de la familia real saudí ha dicho, sorprendentemente, que ya es hora de que las mujeres conduzcan. Estas son sus razones.

«Se acabó el debate. Es hora de que las mujeres conduzcan.»
Aunque con limitaciones…

El príncipe en cuestión es Al-Walid bin Talal bin Abdul Aziz Al Saud, una figura notoria gracias a su posición en diversas corporaciones nacionales e internacionales que, si bien no ostenta ningún cargo político, es ciertamente influyente en el país. De hecho, es nieto del fundador de Arabia Saudí y uno de los árabes más ricos del mundo. También es conocido por sus extravagantes acciones: el príncipe Alwaleed (como se le conoce popularmente) fue el primer comprador privado de un Airbus A380 y demandó a Forbes por «subestimar su fortuna», pero lo que hoy nos ocupa es un tweet suyo; uno en el que publicó un mensaje claro: «Stop the debate. Time for women to drive».

«Se acabó el debate. Es hora de que las mujeres conduzcan.» Un mensaje que en cualquier otro país no sería llamativo, o no debería serlo, pero que en Arabia Saudí está llamado a levantar revuelo. En un comunicado de cuatro páginas, Alwaleed dice que «evitar que una mujer conduzca es hoy una cuestión de Derechos similar a la que le prohibió recibir una educación o tener una identidad independiente». Pero, ¿cuáles son las verdaderas razones por las que este príncipe alza la voz a favor de las mujeres?

En el mismo comunicado, de cuatro páginas, desglosa en varios apartados las razones y esgrime sus argumentos para que el sentido común y los Derechos Humanos se impongan a las arcaicas leyes religiosas.

Factor económico

El príncipe se escuda en lo económico: estima en unos 7.500 millones de euros el dinero que dejaría de salir del país si las mujeres tuviesen permitido conducir (teniendo en cuenta que hay en torno a un millón de chóferes extranjeros), además de un ahorro medio mensual de 950 euros por familia

Una de esas razones tiene que ver con la economía. Alwaleed argumenta que en su país hay más de 1,5 millones de mujeres trabajadoras, la mayoría en grandes núcleos urbanos y que cada mañana necesitan transporte para ir hasta su puesto de trabajo. Dice que las mujeres en Arabia Saudí siguen dependiendo de los conductores extranjeros, una alternativa que supone un costo adicional a los ingresos de la familia, o bien siguen tomando taxis, que también son costosos y conducidos también por conductores extranjeros en su mayoría, considerado por muchos musulmanes como una violación de la ley Sharia. Además, este gasto de dinero en las economías familiares se antoja más duro aún sabiendo que el gobierno del país saudí está empezando a reducir paulatinamente (hasta eliminar por completo en los próximos años) los beneficios, prestaciones y subvenciones de los que disfrutan actualmente los trabajadores locales. Esto se debe al desplome de los precios del crudo, recurso del que depende el 90% de la economía de Arabia Saudí y que le costó un déficit de 98.000 millones de dólares en 2015. Alwaleed dice que si las mujeres condujesen, ahorrarían unos 950 euros mensuales (el precio medio estimado de lo que cuesta tener contratado un empleado extranjero como chófer). Parte de ese dinero se destinaría al sueldo neto, que Alwaleed asegura son divisas que se marchan de Arabia Saudí. Si las mujeres tuviesen permitido conducir, y teniendo en cuenta la cifra estimada de chóferes extranjeros (en torno a un millón), el príncipe estima en unos 7.500 millones de euros el dinero que dejaría de salir del país. Además, en caso de no querer conducir su propio coche, las mujeres podrían dar empleo a otras mujeres saudíes como chóferes, revirtiendo el dinero en el país a la par que favoreciendo a las mujeres.

Una de las soluciones más radicales dentro del factor económico que propone Alwaleed es deportar a todos los actuales chóferes extranjeros; con ello, se conseguiría «disminuir el número de accidentes y reducir las congestiones de tráfico en aeropuertos, hospitales, bancos, etc.». Aunque si el número de coches sigue siendo el mismo, ¿qué importa quién lo conduzca? Seguiría habiendo una probabilidad parecida de formar atascos.

Factores social y religioso

Alwaleed bin Talal señala que en el pasado, las voces que defendían que las mujeres pudieran conducir se vieron silenciadas por el grueso de la sociedad, que entendía ese derecho como un lujo innecesario. Ahora, sin embargo, «las circunstancias han cambiado» y «lo que no se puede permitir es tener una parte de la población que imponga sus preferencias al resto de la sociedad».

En lo que al factor religioso se refiere, el príncipe reconoce la existencia de fetuas que «prohíben conducir a las mujeres debido a las preocupaciones por su seguridad y sus habilidades». Sin embargo, añadió que esas fetuas «no encuentran haram (pecado) en el acto de conducir en sí mismo», a lo que añade que «como muchas otras, son producto de su tiempo».

¿Un avance completo? En absoluto… Estas son las restricciones que propone el multimillonario príncipe

«No obstante lo anterior y para mantener la moderación (…)» el príncipe propone ciertas limitaciones y restricciones a las mujeres. Estas restricciones van desde la obligación a que las mujeres lleven un smartphone siempre encima para estar plenamente localizadas hasta asegurarse de que cuentan con los conocimientos suficientes de asistencia en carretera en caso de avería o incidente. Pero va más allá: Al-Walid bin Talal bin Abdul Aziz Al Saud pide prohibir a las mujeres circular más allá de los límites de las ciudades y propone limitar el número de permisos de conducir.

Resulta llamativo el cierre de su alegato, una justificación económica de lo que parecía un deseo real, aunque acotado, de avanzar en los Derechos de las mujeres. Hace un llamamiento a todos aquellos que han sido «bendecidos con riqueza y poder de influencia» a que se pongan en el lugar de las clases medias, y de las familias con menos ingresos, y piensen sobre el tremendo esfuerzo económico que les supone tener contratado a un chófer extranjero debido a la prohibición de conducir a las mujeres. «Es por ellos por lo que soy partidario de esta causa», añadiendo que es también por su «preocupación por la buena marcha de la economía y el bienestar» de su país.

La propuesta del príncipe ocurre después de que, el pasado mes de octubre, el Consejo de la Shura (el parlamento saudí) rechazase una propuesta para avanzar hacia la eliminación de la prohibición de conducir impuesta a las mujeres. Dicha propuesta respondía a varias iniciativas -las cuales defiende la expareja del príncipe, activista feminista en la ultraconservadora Arabia Saudí- que en los últimos años han venido exigiendo el cambio de la ley a este respecto, y que en ocasiones han terminado con la detención de varias activistas.

Fuente: Alwaleed.com

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