En España es habitual escuchar comentarios y ver memes reduciendo el éxito del económico Dacia Sandero a un único argumento: «es el más vendido porque somos pobres». Y sí, en España tenemos un poder adquisitivo cada vez más bajo, pero la explicación del «fenómeno Sandero» es más amplia. Sobre todo porque el Sandero no arrasa únicamente en España: es el coche más vendido de Europa. Y no una vez.
El Sandero es el coche más vendido de Europa… otra vez
En octubre, el Dacia Sandero volvió a ser el número 1 en Europa, según datos de Dataforce, alcanzando 20.480 matriculaciones pese a caer un 7,6% respecto al mismo mes del año pasado. Con esta, es la quinta vez en 2025 (enero, febrero, marzo, julio y octubre) que el Sandero termina el mes como el turismo más vendido del continente.
Dacia Sandero
Imágenes del Dacia Sandero
El dominio del Sandero no es cosa de un día. En 2024 ya fue el coche más vendido del año en Europa, dejando atrás al Tesla Model Y, al Volkswagen T-Roc y al Renault Clio. Viendo los números conseguidos hasta el cierre de octubre, todo apunta a que el Sandero acabará siendo el más vendido en todo 2025. De momento, es líder con 207.043 unidades vendidas y aquí viene la clave: se vende bien en toda Europa, incluidos países con rentas muy superiores a España.
El Sandero se vende bien en bastantes países
En España se venden aproximadamente el 17% de los Sandero que se venden en Europa. Entre enero y noviembre se han vendido en nuestro país 35.605 Sanderos, prácticamente un 50% más que el segundo en el ranking (el Renault Clio con 23.099 matriculaciones).
También es fue el coche más vendido en Portugal en 2024 y en 2025, y el tercer coche más vendido en Francia en 2025 (59.649 matriculaciones), por detrás del Clio y del Peugeot 208, primero y segundo, respectivamente.
En Italia es el segundo coche más vendido, con 46.563 unidades hasta noviembre. Solamente se ve superado por el FIAT Panda, un auténtico fenómeno de masas en el país. Por detrás del Sandero están el Jeep Avenger, el Citroën C3 y el Toyota Yaris Cross, ratificando la inclinación del mercado italiano por los coches pequeños.
En Alemania no tiene un puesto especialmente destacado en el ranking (25º), pero lleva vendidas casi 22.000 unidades, que no son pocas, y es el tercer modelo más vendido de un fabricante no alemán, por detrás del MINI Cooper y el Toyota Yaris (en los fabricantes alemanes incluyo marcas no alemanas del Grupo Volkswagen, como Skoda y Cupra).
En Bélgica, un país donde el salario más frecuente son 46.200 euros anuales, el Sandero es el segundo coche más vendido en lo que llevamos de 2025. Eso sí, es un mercado pequeño donde consigue el segundo puesto con sólo 8.247 unidades, por detrás del BMW X1, que lleva 11.249.
Un mercado europeo donde los precios se han disparado
Como vemos, el éxito del Sandero no es sólo cuestión de renta per cápita, aunque lógicamente influye. La subida de precios afecta a toda Europa (ojo, que también se nota en los Dacia) y pagar 20.000 euros por un utilitario nuevo se ha convertido en algo normal. A la hora de buscar un utilitario, una diferencia de 5.000 euros (el Sandero arranca por debajo de 14.000) supone un 20-25% y marca la diferencia para quien tiene un presupuesto apretado.
El Sandero vende tanto porque tiene un precio ajustado, pero también el tamaño justo para servir para todo, un maletero aceptable de 320 litros y con las versiones GLP, tiene una potencia decente y un gasto por kilómetro muy bajito. Es cierto que en España, además de todo lo anterior, encaja perfectamente con unos salarios cada vez más pobres: el sueldo más frecuente ronda los 1.200 euros al mes, apenas un 5% más que el SMI. Un dato demoledor, dicho sea de paso. Pero reducir su éxito al «porque somos pobres» quizá no explica todo.
Hay otra razón, quizá menos comentada, y es cultural. En España somos poco chovinistas en materia de automoción. Aquí no nos cuesta comprar un coche rumano con apellido francés si la relación calidad-precio es buena. En Francia, donde Renault tiene un arraigo casi emocional, sería impensable que el coche más vendido no fuese francés. Y en Alemania ocurre igual con Volkswagen. En España somos más abiertos y menos ligados a «la marca patria», en este caso SEAT, lo que deja más vía libre a coches que simplemente ofrecen lo mismo, o prácticamente lo mismo, por menos.
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