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Así es como Alemania se ha confabulado para evitar que el diésel muera (segunda parte)

Aunque pudiera parecer que la suerte estuviera para echada para los diésel, y su fin cercano, la realidad dista mucho del revuelo general que ha despertado el gasóleo en los últimos años. Las ventas de los diésel no dejan de caer, lo cuál tiene mucho sentido. Pero Alemania sigue resistiéndose a su fin y confiando en el diésel, alegando, con acierto, su importancia para cumplir con los compromisos adquiridos en la reducción de las emisiones de CO2 en los acuerdos internacionales para frenar el cambio climático. En la primera entrega de esta serie de artículos para detallaros el plan de Alemania para salvar al diésel os hablábamos de política, y de gestos, así como de las llamadas a revisión voluntarias que los fabricantes alemanes han anunciado para reducir las emisiones de sus diésel más antiguos y contaminantes. Pero aún hay más. Los fabricantes alemanes también quieren que cambies tu viejo diésel por un coche nuevo y junto con las autoridades, han puesto dinero sobre la mesa para conseguirlo.

Cambiar tu viejo diésel por un coche nuevo probablemente sea la opción más costosa para el cliente y una posibilidad que directamente muchos conductores han de descartar. De manera que los fabricantes y las autoridades alemanas han hallado en los incentivos públicos y los descuentos en su país, en su bastión, un buen aliciente para animar a sus clientes a comprarse un coche nuevo. Repasando las ofertas de los fabricantes alemanes en su tierra nos encontramos con que la adquisición de un coche nuevo, entregando en la compra un coche usado con un motor diésel antiguo, y más contaminante, trae consigo importantes incentivos. Incentivos que, como el Plan PIVE español, parten de un descuento de la marca, y una dotación presupuestaria pública que asciende a 600 millones de euros.

En cualquier caso, Alemania sigue defendiendo las bondades de los diésel, especialmente de los más modernos, y menos contaminantes por la tecnología de reducción de emisiones que equipan. Y no hay mejor muestra que comprobar cómo estos incentivos se mantienen incluso si entregamos un diésel antiguo para sustituirlo por otro diésel, pero esta vez con un motor moderno y respetuoso con las últimas normativas de emisiones.

Alemania ha iniciado una agresiva campaña para sustituir los diésel más antiguos y contaminantes por coches modernos, una medida que ya comienza a replicarse en otros mercados, como Reino Unido

En el catálogo de Audi nos hemos encontrado con descuentos, por entregar un diésel antiguo homologado bajo la Euro IV y anteriores de entre 3.000€ – si compramos un Audi Q2 – y hasta 11.785€ – si lo sustituimos por un Audi Q7 e-tron. En BMW también se está trabajando en descuentos parecidos, que oscilan entre los 2.000€ y los 6.000€ que nos descontarían por adquirir un BMW i3, un coche eléctrico. Mercedes-Benz también ofrece descuentos que arrancan en los 2.000€.

Las alemanas, que siguen siendo las primeras interesadas en que la presión de los diésel se alivie, por las importantes inversiones que han hecho en esta tecnología en los últimos años, no son las únicas que están aprovechando los incentivos públicos para sustituir un viejo diésel por un coche nuevo y que están promocionando sus productos. Renault ofrece descuentos de hasta 7.000€ en modelos como el Renault Espace. Toyota anima a remplazar un viejo diésel por un híbrido descontando 2.000€ de sus vehículos.

Ahora bien, ¿qué podemos hacer en España para renovar el parque automovilístico y retirar a los diésel más contaminantes de nuestras ciudades? ¿debería regresar el Plan PIVE? ¿debería revisarse la estrategia y centrarla en el achatarramiento de los diésel más antiguos, de las normativas de emisiones Euro IV y anteriores?

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