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El cambio de estrategia en China que afectará (y mucho) a tu próximo coche

Se avecinan grandes cambios en la industria del automóvil, y no, no estamos hablando una vez más sobre la crisis de semiconductores. China acaba de cambiar su estrategia de fabricación en suelo chino, lo que supone una verdadera revolución tanto para la industria local, como para la industria extranjera. Los fabricantes chinos han conseguido aprender mucho y muy rápido de los fabricantes occidentales, y es por ello por lo que ha llegado el momento de decir adiós al proteccionismo y dar alas a una nueva industria automovilística que afectará (y mucho) a cómo será tu próximo coche.

Desde el año 1994, China estableció una estrategia bastante proteccionista para su industria local en la que obligaba a cualquier fabricante automovilístico extranjero a crear una joint venture al 50/50 con un fabricante chino para poder construir allí. El objetivo de esta política era doble, por un lado proteger a su industria local frente a la imparable llegada de firmas extranjeras, y por otro lado conseguir que la industria china se beneficiase del Know How extranjero en múltiples aspectos: procesos de fabricación, calidad, tecnología, I+D, etc.

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Gracias a la política china, los fabricantes de coches locales se beneficiaron de los conocimientos y la tecnología de las marcas extranjeras

Esta política permitió un rápido y notorio salto cualitativo de la industria automovilística china, al mismo tiempo que permitió a los fabricantes occidentales fabricar y vender coches en un mercado en constante crecimiento, con costes de fabricación muy bajos y con suficiente demanda como para arrojar beneficios récord año tras año. Con el paso del tiempo, y ante la madurez de la industria y el propio mercado chino, en 2018 esta estrategia se modificó permitiendo que el reparto de peso de las joint venture llegase a un 70/30 (extranjero/chino), confirmándose hoy la eliminación de esta política para así permitir que cualquier fabricante automovilístico extranjero pueda fabricar en China sin necesidad de asociarse con un constructor local.

Volvo Cars Manufacturing Plant In Daqing, China

Este cambio de política no es casual, pues China quiere seguir siendo atractiva para los fabricantes extranjeros ahora que la crisis mundial provocada por la Covid-19 ha llevado a replantear muchos proyecto en suelo chino, pues son muchos los fabricantes europeos y americanos los que estén volviendo a apostar por la fabricación local en sus respectivos países de origen, tanto a nivel de fabricación de coches, como de componentes.

Curiosamente, y confirmando que toda regla tiene su excepción, a día de hoy el único fabricante extranjero que ha conseguido fabricar en China sin necesidad de asociación ninguna es Tesla, dando vida así a la gigafactoría de Shanghai.

Con las nuevas reglas de juego para la industria china que acaba de anunciar el ministerio de comercio y la comisión nacional de desarrollo y reforma del gigante asiático, el futuro de la industria automovilística global cambia sustancialmente. Marcas en plena expansión como Rivian, Lucid o la propia Tesla, se unen al interés de otros gigantes como Ford, General Motors, BMW, Volkswagen, Stellantis o Daimler por buscar nuevas ubicaciones donde poder abaratar el proceso de electrificación que están sufriendo sus coches. Y teniendo incluso en cuenta los problemas actuales de suministro de semiconductores, las tensiones logísticas y el encarecimiento de las materias primas, China sigue siendo el país más interesante del globo para fabricar coches a bajo coste sin renunciar a calidad o tecnología.

El asalto de las firmas chinas al mercado europeo es una realidad, son imbatibles en precio y su calidad ha mejorado sustancialmente en la mayoría de casos

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El futuro del automóvil, aún más «Made in China»

Ante este panorama y a tenor de la mejora conseguida en las últimas décadas, los fabricantes chinos tienen muy claro que su futuro está en el asalto del resto de mercados globales, algo que ya estamos viviendo en Europa con la llegada de diferentes firmas: BYD, DFSK, SWM, Aiways, Xpeng, Lynk & Co, NIO, etc. haciéndose un hueco en nuestras calles a través de una fórmula que habla de calidad y tecnología en la media de su clase, pero con un precio muy inferior a sus alternativas de origen europeo, coreano o japonés.

Pero mirando más allá, a un largo plazo cada vez más próximo, la ganancia de atractivo que persigue China nos dibuja un futuro donde los fabricantes extranjeros fabricarán cada vez más en suelo chino, y no solo coches para vender en China, sino coches para vender en el resto del mundo como ya sucede con marcas como DS, Tesla, Volvo o Dacia. Por supuesto, esta estrategia no afectará solo a los coches, sino también a los componentes que le dan vida, acentuando ese «Made in China» que está cada vez más presente en nuestros coches.

Fuente: Forbes

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