China se pone seria con Europa y anuncia aranceles de hasta el 19,8% a las importaciones de carne y subproductos del cerdo procedente de la Unión Europea. Una medida que afectaría especialmente a España, siendo el cerdo, para su uso alimenticio humano, pero también los subproductos del cerdo, uno de los principales bienes que exporta nuestro país a China.
Europa obsesionada con los coches eléctricos chinos
China defiende la medida después de una investigación en la que acusaría a los productores europeos de prácticas contrarias a las normas del mercado, que denominan de «dumping» y que habrían causado «un daño sustancial a su economía local».
Europa salía al paso definiendo este movimiento como «una medida de represalia tras la decisión de la Unión Europea de imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos«. Recordemos que esta medida, la de imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, después de otra investigación en la que se acusó de prácticas similares a las que ahora afronta el porcino europeo (así como a otros sectores), habría desatado una suerte de guerra comercial que ahora podría tener consecuencias importantes.
Un golpe al sector porcino europeo (y especialmente al español)
El Ministerio de Comercio de China ha hecho definitiva su decisión de aplicar derechos antidumping a determinadas importaciones de carne de cerdo y subproductos originarios de la UE. El rango final —del 4,9% al 19,8%— supone una rebaja sustancial frente a las tasas provisionales comunicadas en septiembre, pero consolida una señal de riesgo para un flujo comercial muy concentrado en unas pocas partidas y en un puñado de países europeos.
En septiembre, China llegó a considerar aranceles para las compañías que no colaboraron en la investigación de hasta el 62,4%, y de hasta el 32,7% para el resto.
Es importante comprender que las exportaciones de cerdo a China se corresponden, en muchos casos, con subproductos y partes que no suelen tener salida en la Unión Europea, como despojos y vísceras. Comprometer el flujo de las exportaciones con aranceles no solo supondría un perjuicio económico, sino también comprometer los mercados domésticos.
Una guerra arancelaria multisectorial, de los aranceles al coche chino, a los aranceles al cerdo europeo
En Bruselas se interpreta que la investigación china sobre el porcino forma parte de un pulso comercial más amplio, en el que ambos bloques han ido activando instrumentos de defensa comercial en sectores sensibles. Un pulso comercial que no solo no parece detenerse, sino que también va extendiéndose a otros sectores exportadores estando, entre los más amenazados más allá del porcino, el de algunos licores como el brandy y los productos lácteos.
Veremos si la medida anunciada por China encuentra una nueva respuesta de la Unión Europea a los bienes importados en territorio común.






