La industria del automóvil europea se la juega. Ya venimos advirtiendo desde hace semanas de los movimientos que se están llevando a cabo Bruselas. Movimientos al más alto nivel, y con visos de condicionar por completo la hoja de ruta de la Unión Europea y cómo se abordará la prohibición del diésel, la gasolina, e incluso los híbridos de todo tipo, y por ende, con un alto impacto para la industria de Europa.
Europa duda prohibir diésel, gasolina, e híbridos
En los últimos días han trascendido nuevos posicionamientos, expresados mediante un intercambio epistolar que ha trascendido públicamente, y en el que al menos 6 miembros – entre los que se incluiría Italia – ya han solicitado a la Comisión Europea frenar la prohibición del motor de combustión interna, cuyas ventas se pretendían finalizar a partir de 2035.
Posición opuesta la de España, que de nuevo en una carta remitida a Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y firmada por Pedro Sánchez, como primer ministro de España, ha solicitado todo lo contrario, «rechazando» dar marcha atrás en la prohibición (Reuters).
C3 Aircross
Pedro Sánchez «rechaza» dar marcha atrás en la prohibición
Cualquier relajación adicional podría provocar un retraso significativo en las inversiones de modernización, ligado a una desaceleración temporal de la demanda de vehículos eléctricos. Rechazamos que los vehículos de combustión u otras tecnologías sin viabilidad demostrada puedan seguir comercializándose más allá de 2035 (Pedro Sánchez)
España se posicionaría así a favor de mantener la hoja de ruta de prohibiciones prevista para 2035. Una cuestión que para nada es baladí, si tenemos en cuenta que España es el segundo productor por volumen de Europa, para un sector que según declaró Josep Mª Recasens, presidente de ANFAC, durante la presentación de las nuevas ayudas del Plan Auto 2030, «genera 85.000 millones de euros de valor agregado bruto».
En aquel mismo evento Recasens proporcionaba un dato tremendamente esclarecedor, apuntando que «más del 95% de este valor agregado bruto está en la cadena de valor del vehículo de combustión y el mundo se está moviendo al eléctrico».
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Prohibir el motor combustión interna o permitir que siga vendiéndose (pero poco)
Las voces críticas a la prohibición de la combustión interna, no obstante, siguen creciendo en Europa. No solo eso, también informaciones bastante veraces que apuntan ya a que se relajará la prohibición con total seguridad. Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, el mayor grupo presente en el Parlamento Europeo, declaró que se está trabajando en un objetivo de reducción de emisiones de CO2 que ya no será del 100% para 2035 y ni tan siquiera para 2040, sino del 90%.
Desde estas líneas ya os hemos contado cómo un hipotético objetivo del 90% no cambiaría tanto con respecto al objetivo actual situado en el 100%. Y es que, de alcanzarse ese objetivo, solo sería posible obligando a todos los fabricantes a vender prácticamente todos sus coches eléctricos y tal vez permitir una cuota, prácticamente residual, de enchufables y vehículos eléctricos con motor de combustión interna como extensor de autonomía.
Habrá que estar muy atentos a los movimientos que se siguen produciendo estos días y que, insistimos, podrían condicionar por completo el futuro de una industria clave, bajo la amenaza de la producción extranjera y de la potencia industrial que están mostrando productores como China.
